Las fuertes lluvias en la Amazonía ecuatoriana no solo provocaron crecidas de ríos, deslizamientos y daños en viviendas y caminos, Sino que también pusieron en riesgo la generación y el abastecimiento de energía eléctrica a escala nacional. Este escenario agrava la frágil situación del sistema eléctrico en el país, que mantiene un periodo de alerta de déficit desde octubre de 2023.

Salida de operación de Coca Codo Sinclair, Delsitanisagua y San Bartolo
El 2 de junio de 2025, el Operador Nacional de Electricidad (Cenace) informó sobre un incremento en la intensidad de las precipitaciones en la región amazónica, lo que provocó la salida de operación de las hidroeléctricas Coca Codo Sinclair, Delsitanisagua y San Bartolo. La suspensión se debe a la mala calidad del agua. Ya que las lluvias arrastraron rocas, troncos, animales y desechos que representan un peligro para las turbinas y los sistemas de generación.
Llamado a empresas privadas para activar generadores de emergencia
En un oficio conocido el 2 de julio de 2025, Cenace advirtió que las condiciones meteorológicas comprometen las reservas de potencia necesarias para garantizar el abastecimiento eléctrico en las horas de mayor demanda. Según informes del Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inamhi), esta situación se mantendrá entre el 2 y 4 de julio en las provincias de Sucumbíos, Napo, Pastaza y Morona Santiago.
Por esta razón, Cenace solicitó a las empresas distribuidoras coordinar la operación de generadores eléctricos calificados en sus áreas de concesión de manera urgente. Se dispuso que los Grupos Electrógenos de Emergencia se activen desde las 14:00 del miércoles 2 hasta las 23:00 del viernes 4 de julio de 2025. Como medida para asegurar la disponibilidad de energía en las horas pico y evitar cortes prolongados.
Persisten las vulnerabilidades en la infraestructura
La situación actual pone nuevamente en evidencia la vulnerabilidad del sistema eléctrico ecuatoriano frente a fenómenos naturales extremos. Las lluvias en la Amazonía, sumadas a los problemas de erosión regresiva del río Coca, han afectado en reiteradas ocasiones la infraestructura crítica del país. Incluyendo el Sistema de Oleoducto Transecuatoriano (SOTE) y el Oleoducto de Crudos Pesados (OCP).
Este contexto evidencia la necesidad de fortalecer los sistemas de prevención, mantenimiento y respuesta en el sector eléctrico, así como de diversificar las fuentes de energía para enfrentar contingencias climáticas que se intensifican con el cambio climático.
Fuente: Ecuavisa
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