La economía ecuatoriana proyecta un decrecimiento de hasta -1,3% en 2024-2025, con más migración y menos empleo. A continuación, se analizan las implicaciones de esta proyección económica y las posibles medidas a tomar para mitigar sus efectos.
Decrecimiento económico y sus consecuencias
El pronóstico de una caída en el PIB ecuatoriano trae consigo múltiples efectos adversos para la población. La profundización de la crisis económica, exacerbada por los apagones, impactará directamente en la producción y ventas de las empresas. Esto resultará en menos ingresos para contratar personal y realizar inversiones, lo que puede llevar a despidos, reducción de jornadas laborales, y una mayor dependencia de contrataciones temporales.
Impacto en el empleo y la informalidad
La relación entre el decrecimiento del PIB y el aumento del desempleo está bien documentada. Según la Ley de Okun, por cada 2% de caída en el PIB, se genera un incremento del 1% en la tasa de desempleo. Para economías emergentes como Ecuador, se estima que una caída del -1% en el PIB puede conllevar un aumento del 1% en el desempleo. Esto significa que si se prevé una caída del PIB de -1,3%, el desempleo podría aumentar hasta en un 1,3% y la informalidad en un 2,6%.
Situación actual del mercado laboral
Actualmente, más del 54% de los empleados en Ecuador se encuentran en el sector informal, mientras que el 42,5% pertenece al sector formal. Las áreas rurales presentan una mayor incidencia de empleo informal (78,6%), lo que limita el acceso a derechos laborales y beneficios sociales. Con la caída del PIB, se proyecta que el desempleo podría aumentar de 343.995 a 352.997 personas en 2025, y el número de trabajadores informales podría incrementarse de 5’307.338 a 5’478.531.
Necesidad de reformas
Ante esta realidad, es imperativo implementar medidas urgentes para evitar un colapso en el empleo. Esto incluye reformas laborales y alivios financieros, especialmente para las pequeñas y medianas empresas. Alberto Acosta Burneo, economista y editor de Análisis Semanal, sugiere que se consideren medidas de alivio al sector productivo debido a los apagones, como la flexibilidad de pagos con el SRI y el IESS sin intereses.
Migración: un fenómeno creciente
Con el aumento de la informalidad y el desempleo, se estima que más de 1,2 millones de ecuatorianos consideran emigrar al extranjero. De este grupo, aproximadamente el 19% se encuentra actualmente desempleado. La mayoría de los migrantes tiene a Estados Unidos como su principal destino, seguido de España.
Perfil de los migrantes
El perfil de los ecuatorianos con intención de migrar es diverso, pero la mayoría son hombres jóvenes entre 18 y 29 años. A menudo, estos individuos trabajan de manera independiente o en empleos precarios, lo que contribuye a su deseo de buscar mejores oportunidades en el extranjero. Con un 52,3% involucrados en el comercio, estos trabajadores se ven obligados a considerar la migración como una opción viable para mejorar su calidad de vida.
El futuro económico de Ecuador es incierto y presenta grandes desafíos, incluyendo un aumento en el desempleo y la migración. Es fundamental que los candidatos presidenciales y los líderes políticos se alejen del populismo y propongan soluciones realistas y concretas para enfrentar la crisis económica que se avecina. Sin medidas efectivas, el panorama para los ecuatorianos podría volverse aún más sombrío, con implicaciones profundas en la estabilidad social y económica del país.
Te puede interesar:
