El déficit fiscal de Ecuador llegó a 1 306 millones de dólares entre enero y mayo de 2025, según el informe del Centro de Investigaciones del Colegio de Economistas de Pichincha (Ciecep). Este valor representa el tercer mayor déficit fiscal registrado en la última década, lo que evidencia un persistente desequilibrio entre los ingresos y gastos del Estado.
¿Qué es el déficit fiscal y cómo impacta a la ciudadanía?
El déficit fiscal se produce cuando el Estado gasta más recursos de los que recauda. De acuerdo con Juan Carlos Salvador, presidente del Colegio de Economistas de Pichincha, esto es comparable con una familia que gana 1 000 dólares, pero gasta 1 200. Esa diferencia de 200 dólares se financia con deuda, lo cual compromete los ingresos futuros.
Como resultado, el Gobierno se ve obligado a destinar parte de sus ingresos a pagar intereses y capital de la deuda, en lugar de invertir en salud, educación o infraestructura. Esta situación estructural ha persistido durante más de una década, acentuando las restricciones presupuestarias.
Comportamiento del déficit fiscal en los primeros cinco meses
Según el Ciecep, el déficit fiscal de Ecuador en los primeros cinco meses de 2025 fue de 1 306,4 millones de dólares, sin incluir el gasto por importación de derivados petroleros. La cifra es una de las más elevadas en los últimos diez años, lo que refleja una fragilidad fiscal considerable.
En ese mismo periodo, los ingresos apenas crecieron un 2% en comparación con 2024, mientras que el gasto público aumentó en un 15,4%. La incapacidad de cubrir obligaciones básicas como sueldos, pensiones y bonos sociales, agudiza el déficit fiscal estructural del país.
Comparación histórica del déficit fiscal
Históricamente, solo en 2017 y 2020 se registraron déficits fiscales superiores, con 1 851 y 1 941 millones de dólares, respectivamente. La única excepción fue 2022, cuando se alcanzó un superávit de 1 256,5 millones, gracias a la recuperación económica tras la pandemia.
Aumentan los atrasos y la presión sobre el presupuesto
Un análisis adicional del Observatorio de la Política Fiscal, que sí incluye los gastos por derivados, estima que el déficit fiscal acumulado entre enero y mayo de 2025 fue de 1 529 millones de dólares, y que al cierre del año podría superar los 5 500 millones.
Según Jaime Carrera, director del Observatorio, este aumento se da a pesar del alza del IVA del 13% al 15% y de la creación de impuestos temporales. Esto refleja una situación crítica en las cuentas fiscales del país.
Proyecciones para el cierre de 2025
Tanto Salvador como Carrera coinciden en que el déficit fiscal podría cerrar el año entre los 5 500 y los 6 200 millones de dólares, muy por encima de los 3 000 millones previstos por la ministra de Economía, Sariha Moya.
Propuestas para reducir el déficit fiscal
El Colegio de Economistas sostiene que es posible reducir el déficit fiscal en 1 300 millones de dólares mediante el redireccionamiento del gasto público, el fortalecimiento de la recaudación sin subir impuestos y la monetización de activos improductivos.
Aunque se prevé una reforma estructural para 2026, los expertos advierten que postergar decisiones fiscales agrava el problema. Para Carrera, si bien la inversión pública es un motor de crecimiento, la inflexibilidad del gasto corriente limita cualquier esfuerzo.
La inversión privada como salida sostenible
En este contexto, atraer inversión privada nacional y extranjera mediante alianzas público-privadas es la única vía viable para dinamizar la economía sin comprometer aún más el equilibrio fiscal. No obstante, toda estrategia deberá enmarcarse dentro de un marco de sostenibilidad fiscal para evitar un deterioro adicional de las finanzas del Estado.
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Fuente:
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