El debate sobre bases militares extranjeras en Ecuador ha ganado relevancia a raíz de la propuesta del Gobierno de Daniel Noboa. El presidente ha identificado dos posibles ubicaciones: Isla Baltra, en Galápagos, y Salinas, en la provincia de Santa Elena. Además, la pregunta A del referéndum nacional busca modificar la Constitución para permitir la instalación de estas bases, generando diversas reacciones políticas, sociales y estratégicas.
Contexto y motivación de la iniciativa gubernamental
Los defensores de las bases militares internacionales aseguran que permitir su presencia fortalecería la capacidad operativa y de vigilancia del país. De hecho, se considera que podrían servir para detectar rutas marítimas empleadas por el narcotráfico o el contrabando de armas. En consecuencia, la cooperación extranjera se percibe como una herramienta para mejorar la seguridad nacional y combatir el crimen organizado transnacional.
Bases militares extranjeras en Ecuador: Argumentos técnicos y estratégicos
De acuerdo con especialistas en defensa, las instalaciones militares de cooperación permitirían acceder a tecnología de punta, como radares, drones y aeronaves de exploración marítima. Una base en Baltra, por ejemplo, ofrecería una posición estratégica para monitorear el Pacífico y las rutas ilegales. Por ello, algunos militares sostienen que su presencia podría tener un efecto disuasivo frente a grupos delictivos y amenazas internacionales.

Riesgos y debates sobre soberanía
No obstante, el proyecto también ha despertado preocupación. Analistas políticos y constitucionalistas advierten que se deben establecer acuerdos transparentes y limitaciones claras para proteger la soberanía nacional. De lo contrario, la colaboración extranjera podría ser interpretada como una cesión de autoridad o control. Por esta razón, varios expertos proponen garantizar la supervisión estatal y la rendición de cuentas.
Bases militares extranjeras en Ecuador: Cooperación regional y marco internacional
La creación de bases militares de cooperación extranjera también se asocia con la posibilidad de fortalecer los lazos entre países vecinos. A través del intercambio de inteligencia, el patrullaje conjunto y la acción coordinada, se busca combatir el narcotráfico y la pesca ilegal en el Pacífico. Sin embargo, la eficacia de esta cooperación dependerá de la planificación estratégica, el respeto a los tratados internacionales y la transparencia de las acciones ejecutadas.
Conclusión: equilibrio entre seguridad y soberanía
En definitiva, las bases militares extranjeras en Ecuador podrían contribuir a la seguridad regional si se implementan dentro de un marco legal sólido y transparente. No obstante, su éxito dependerá del equilibrio entre la cooperación internacional y la preservación de la soberanía nacional. Por tanto, el debate público debe centrarse en construir una política de defensa moderna, responsable y coherente con los intereses del país.
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