El ministro del Interior, John Reimberg, confirmó la infiltración de Choneros y Chonekillers en varias instituciones municipales del país, especialmente en agencias de tránsito. Esta alerta se dio tras identificar a miembros de estas estructuras criminales en al menos 12 municipios, muchos de ellos en la región Costa. Según el funcionario, algunos gobiernos locales han solicitado intervención estatal, pero otros no lo han hecho por temor o complicidad.
Infiltración en agencias de tránsito
Desde 2024, los servicios de Inteligencia de la Policía Nacional han detectado que integrantes de Choneros y Chonekillers figuran en las nóminas municipales sin cumplir funciones reales. Uno de los casos más emblemáticos es el de Cristian Germán Mendoza Vélez, capturado junto a Adolfo Macías Villamar, alias Fito. Mendoza estaba en la nómina de la Agencia de Tránsito de Manta con un sueldo de más de $900, pero nunca se presentaba a trabajar. Además, poseía una vivienda valorada en más de un millón de dólares, donde se ocultaba Fito.
El caso del Negro Tulio en Durán
Otro ejemplo es el de Julio Alberto Martínez, alias Negro Tulio, líder de los Chonekillers, quien convirtió al Municipio de Durán en el centro de operaciones de su organización. Colocó a familiares en instituciones como el Cuerpo de Bomberos, la Agencia de Tránsito y el propio municipio, facilitando así contratos públicos. Según la Policía Nacional, incluso desde la cárcel de máxima seguridad La Roca, Negro Tulio continuaba emitiendo órdenes, como la designación de directivos del terminal terrestre de Durán.
Operativos y vínculos criminales
En agosto de 2024, un operativo en Durán permitió la captura de 39 personas, incluidos funcionarios públicos y miembros de los Choneros y Chonekillers. La investigación reveló el uso de vehículos institucionales para transportar drogas y armas. El alcalde Luis Chonillo ha ofrecido colaborar con la Fiscalía en las indagaciones.
Corrupción estructural en municipios
Los niveles de corrupción señalados por el Ministro del Interior reflejan una situación crítica. Las bandas Choneros y Chonekillers no solo han penetrado instituciones, sino que también han utilizado estas estructuras para financiar sus actividades delictivas. La asignación de contratos fraudulentos, el uso de materiales de baja calidad y las amenazas o asesinatos a funcionarios que impedían sus planes son apenas algunas de las prácticas denunciadas.
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