Una docena de expertos se reunieron en pleno corazón de la Amazonía ecuatoriana para comprender la intrincada red de los Sarayaku que tejen pequeños hongos en el subsuelo de este pueblo amazónico.
Encuentro en el corazón de la Amazonía
El territorio del pueblo indígena Kichwa Sarayaku. Ubicado en el centro de la Amazonía ecuatoriana, fue el escenario de una importante reunión el pasado viernes 20 de septiembre de 2024. Este encuentro reunió a un panel de expertos que discutieron sobre la protección de la naturaleza y el entorno que rodea a esta comunidad. Cuyas raíces se asientan en lo que se conoce como “Kawsak Sacha” o “Selva viviente”.
Medio centenar de científicos de 12 países participaron en este evento, incluidos investigadores, académicos, abogados, periodistas y artistas de diversas nacionalidades, como Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Dominica, Ecuador, México, Puerto Rico, Estados Unidos, Reino Unido, Japón, Australia y Nueva Zelanda. El objetivo de la reunión fue compartir experiencias y saberes ancestrales del pueblo Sarayaku y su “red de vida en la selva”. Centrándose en la protección del clima y la comprensión de la intrincada red que tejen los hongos en el subsuelo de esta región amazónica.
La “Selva Viviente” o “Kawsak Sacha”
Según Carlos Andrés Baquero, director de Investigaciones del Programa Terra de la facultad de Derecho de la Universidad de Nueva York. El “Kawsak Sacha” del pueblo Sarayaku podría ser la iniciativa más avanzada en la idea de que todos los seres de la Amazonía están interconectados. En el manifiesto online del pueblo Sarayaku se puede leer: “El Kawsak Sacha es el espacio de vida de los seres de la selva. Desde los más infinitesimales hasta el ser más grande; es el dominio de las cascadas, las lagunas, los ríos y los lugares poblados”.
Esta noción de “Selva Viviente” trasciende el estudio de especies que ha dominado la ciencia occidental. En lugar de ello, propone un enfoque en el entorno como un organismo en el que cada elemento se conecta con sus vecinos, ya sean cercanos o lejanos. Baquero señala que esta “cosmovisión” “supera la idea de que se debe proteger a una especie o a un parque nacional sin considerar la totalidad de su entorno”. Destacando que “hay seres visibles e invisibles que forman en el subsuelo una gran red de vida”.
Un enfoque interconectado hacia la conservación
La visión de una “Amazonía interconectada” marca un punto de inflexión en la lucha de los pueblos indígenas y comunidades tradicionales, quienes buscan no solo proteger una región específica, sino toda la selva viviente. En su declaración, los participantes exigieron a los Estados y Gobiernos, tanto nacionales como internacionales. Que reformen el derecho internacional en materia de conservación de áreas naturales protegidas y que reconozcan una nueva categoría de protección para los territorios de los pueblos originarios amazónicos.
Baquero enfatiza que el Estado ecuatoriano debería prestar más atención a la iniciativa de “Selva viviente”, lo cual les permitiría comprender mejor la crisis de sequía que actualmente sufre el país. Según las autoridades. Esta es la peor época seca de las últimas seis décadas, y la protección del entorno natural es fundamental para afrontar los desafíos ambientales.
La reunión en el pueblo Sarayaku resalta la importancia de integrar conocimientos ancestrales y científicos en la conservación de la Amazonía. La interconexión de todos los seres vivos y su entorno es clave para desarrollar estrategias efectivas que no solo aborden la crisis ambiental, sino que también fortalezcan la lucha de los pueblos indígenas por sus derechos y territorios.
La iniciativa del Kawsak Sacha puede ser un modelo inspirador para otras comunidades que enfrentan retos similares, promoviendo una mayor colaboración entre la ciencia y las tradiciones indígenas en la búsqueda de soluciones sostenibles para el futuro de la Amazonía y del planeta.
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