Rocío Bastidas, miembro activo del comité de vecinos en el pintoresco barrio de La Floresta, se encuentra inmersa en un conflicto que ha tomado tintes legales. La controversia gira en torno a la oposición de su colectivo ciudadano a los planes de la empresa China Road and Bridge Corporation (CRBC) de erigir torres de departamentos en dos áreas pertenecientes al Hotel Quito.
El 16 de febrero de 2024, Bastidas fue notificada vía correo electrónico sobre una denuncia presentada por la CRBC en su contra, un movimiento que desató una serie de eventos judiciales. El caso fue asignado al juez Máximo Ortega de la Unidad Judicial Penal de Iñaquito, y se programó una comparecencia para el 22 de febrero, donde Xin Zhang, el gerente general de CRBC, debería validar su denuncia basándose en el artículo 396 del Código Orgánico Integral Penal (COIP).
La disputa adquiere matices legales y patrimoniales, ya que el colectivo liderado por Bastidas sostiene que los terrenos del Hotel Quito tienen un valor histórico y cultural que debe protegerse. Según Bastidas, el área donde se pretende construir es parte del patrimonio del sector y de la ciudad misma. Invocando la Ordenanza 135, en vigencia, y señalando la ficha patrimonial que otorga protección al Hotel Quito como un ícono de la arquitectura moderna, Bastidas destaca la importancia de preservar estos espacios.
El enfrentamiento legal es solo una faceta de un conflicto más amplio. CRBC, propietaria del Hotel Quito desde 2016, planea desarrollar proyectos inmobiliarios en áreas que considera no sujetas a restricciones patrimoniales. Sin embargo, la comunidad, respaldada por expertos y académicos locales, insiste en la protección integral del complejo, incluidas zonas como parqueaderos y jardines que podrían ser considerados parte del patrimonio.
El desenlace de este conflicto no solo determinará el futuro de los proyectos inmobiliarios de CRBC, sino también sentará un precedente en la protección y preservación del patrimonio arquitectónico de la ciudad. Mientras tanto, el proceso legal sigue su curso, con Rocío Bastidas y su comunidad comprometidos en defender su legado cultural y urbano frente a intereses comerciales.
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