La economía de Ecuador podría terminar 2024 con un decrecimiento, según los análisis realizados por expertos en la materia. Juan Carlos Salvador, presidente del Colegio de Economistas de Pichincha, explicó cómo las principales variables económicas del país han mostrado signos de contracción desde el tercer trimestre de 2021. A continuación, se detallan los factores que han influido en este panorama económico y las posibles soluciones para mitigar los efectos negativos.
Tendencia a la Baja en el Consumo y la Inversión
Juan Carlos Salvador destacó que, desde 2021, Ecuador ha experimentado una tendencia negativa en varias áreas clave de su economía, incluyendo el consumo de los hogares, la inversión y el Producto Interno Bruto (PIB). Según el último informe publicado por el Banco Central en junio de 2024, las principales variables macroeconómicas siguen mostrando una desaceleración.
El Servicio de Rentas Internas (SRI) reportó que hasta septiembre de 2024 las ventas en el país decrecieron un 1,2%, lo que equivale a una caída de USD 1.707 millones. Este dato refleja una desaceleración en el dinamismo económico y evidencia una disminución en el poder adquisitivo de los consumidores.
Además, Salvador señaló que el país ha experimentado una contracción en las importaciones de materias primas y bienes de consumo, lo que ha afectado aún más la actividad económica. En el 46% del territorio nacional, las ventas locales netas han registrado contracciones, afectando a la mitad de los sectores productivos del país.
El Impacto en el Empleo y el Consumo
El análisis de Salvador también incluye el impacto de esta desaceleración económica en el empleo y el consumo. Según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), hasta septiembre de 2024, el 55% de los trabajadores en Ecuador se encontraban en la informalidad. Esto representa una de las principales preocupaciones para el desarrollo económico y social del país.
Salvador subrayó que la situación es aún más crítica en las zonas rurales, donde uno de cada cinco trabajadores tiene empleo adecuado. En las áreas urbanas, la situación mejora ligeramente, con dos de cada cinco trabajadores en condiciones de empleo formales. A estos factores se suman problemas estructurales como la crisis eléctrica, la inseguridad y una gestión fiscal que no ha logrado contener los efectos negativos sobre la economía.
Soluciones Estructurales para el Crecimiento
Para contrarrestar esta situación y promover una recuperación económica, Salvador propuso la implementación de soluciones estructurales que permitan generar crecimiento en el mediano y largo plazo. Una de las principales recomendaciones fue la necesidad de un manejo adecuado de los recursos públicos, que permita aumentar la eficiencia en la ejecución de proyectos de infraestructura.
Según los datos disponibles, hasta noviembre de 2024, solo se había ejecutado el 32% de la obra pública, un 49% en gasto no permanente y solo el 6% en egresos de capital destinados al equipamiento de sectores claves como la defensa, la salud y la educación. Para Salvador, esto demuestra la falta de planificación y ejecución de políticas públicas eficaces.
Además, propuso que el Estado impulse estrategias de reactivación económica, apoyando a los emprendedores con capital de riesgo y financiamiento para fortalecer la estructura productiva del país. “El Estado debe ir al territorio y atender a los emprendedores, similar al modelo alemán”, señaló Salvador, sugiriendo un enfoque más descentralizado y dirigido a las necesidades locales.
El Aumento del Salario Básico Unificado (SBU)
En relación al tema del aumento del Salario Básico Unificado (SBU), Salvador opinó que este incremento es necesario, pero debe ser acompañado de otras medidas que mitiguen los posibles efectos negativos en el sector empresarial. Según el economista, el aumento del SBU debe ser considerado tanto como un gasto para las empresas como una fuente de demanda para el consumo.
El impacto de un incremento en el SBU es un tema polémico en Ecuador, ya que muchos sectores productivos temen que un aumento desmedido pueda generar más desempleo y reducir la competitividad del país. Sin embargo, Salvador enfatizó la importancia de encontrar un equilibrio que permita mejorar las condiciones de vida de los trabajadores sin afectar gravemente a la economía empresarial.
La economía ecuatoriana enfrenta un panorama desafiante para cerrar el 2024, con indicadores que muestran una desaceleración generalizada en el consumo, la inversión y el empleo. Aunque el país ha experimentado un decrecimiento en varias de sus principales variables económicas, los expertos sugieren que con un manejo adecuado de los recursos públicos y un enfoque en el apoyo a los emprendedores, es posible revertir esta tendencia. La implementación de soluciones estructurales será clave para asegurar un crecimiento sostenible en los próximos años, especialmente en un contexto de incertidumbre global.
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