El Colegio Alemán de Quito ha dado un paso significativo hacia la sostenibilidad mediante la implementación de un innovador proyecto fotovoltaico. Esta iniciativa, que comenzó como una propuesta estudiantil, ha permitido al colegio no solo alcanzar la suficiencia energética, sino también contribuir a la reducción de emisiones de CO2 en el ambiente.
La idea nació de los estudiantes
El proyecto comenzó gracias a la iniciativa de los alumnos, liderados por Tomás Granda, presidente del Parlamento Estudiantil. La propuesta surgió de un grupo de estudiantes que se graduó en 2023, en el marco de un proyecto de participación estudiantil. Su principal objetivo era reducir la huella de carbono del Colegio Alemán.
Un antecedente importante es que, en 2012, los estudiantes habían desarrollado un proyecto piloto en colaboración con la empresa ecuatoriana-alemana Sunset. En ese momento, se instalaron paneles solares con diferentes inclinaciones en uno de los bloques del colegio para determinar cuál generaba más energía, aunque no había una regulación que respaldara este tipo de iniciativas. Víctor Aanen, gerente del establecimiento educativo, recuerda este primer intento como un aprendizaje valioso.
Doce años después, los estudiantes refinaron su propuesta, se comunicaron con proveedores, solicitaron cotizaciones y presentaron una propuesta económica al rectorado para concienciar sobre la importancia de este cambio.
La puesta del programa en marcha del proyecto fotovoltaico
Una vez aprobada la propuesta, se comenzaron a explorar las posibilidades reales de implementación. La Junta Directiva del colegio dio luz verde al proyecto y se iniciaron las licitaciones en 2023. La ejecución del proyecto comenzó en marzo de 2024, en colaboración con la empresa ecuatoriana Renova Energía.
Según Christian Marín, gerente de Renova Energía, se ajustó el diseño final del proyecto fotovoltaico en función de las condiciones establecidas por la Empresa Eléctrica Quito (EEQ). Se determinó que se necesitaban 560 paneles solares para generar 360 mil KWh al año. Los paneles, de origen austriaco y chino, llegaron por barco al puerto de Guayaquil y luego fueron transportados a Cumbayá.
Debido a la fragilidad de los paneles, se llevó a cabo una capacitación para su transporte vertical. Además, se utilizaron grúas para colocarlos en su ubicación final. Todos los paneles están conectados mediante cables subterráneos a los inversores, que convierten la corriente continua de los paneles en corriente alterna y la inyectan a la red pública.
Monitoreo en tiempo real
Una de las características más innovadoras del proyecto es su capacidad de monitoreo en tiempo real. La información sobre la generación de energía solar se encuentra disponible en línea, lo que permite verificar la producción de energía en diferentes condiciones climáticas. En días soleados, el colegio genera un excedente de energía que se inyecta a la red pública, mientras que en días nublados puede recurrir a la energía de la red.
Al final de cada mes, se realiza un cruce de kilovatios para asegurarse de que el colegio cubra el 100% de sus necesidades energéticas con la energía limpia que producen. La normativa permite que cualquier excedente de energía generado se registre en la planilla del mes siguiente hasta por dos años.
Impacto de la energía solar en el ambiente
El impacto ambiental de este proyecto es significativo. Al utilizar energía solar, el Colegio Alemán contribuye a la reducción de aproximadamente 140 toneladas de CO2 al año, lo que equivale a plantar 3500 árboles o a evitar recorrer 560 mil kilómetros en un vehículo de gasolina. Hasta finales de septiembre, se habían logrado reducir 29 toneladas de CO2.
Además, el sistema no almacena energía en baterías de litio, que son contaminantes y costosas. Tomás Granda destaca que esto es uno de los aspectos más positivos del proyecto, ya que toda la energía generada se utiliza de inmediato y el excedente se inyecta al sistema eléctrico nacional, lo que se vuelve aún más relevante en un contexto de crisis energética.
¿Qué ocurre cuando hay cortes de energía eléctrica?
Christian Marín aclara que el sistema solar deja de operar automáticamente cuando la EEQ aplica cortes de energía. Por razones de seguridad, los paneles no pueden seguir generando energía durante un corte, ya que podría poner en riesgo a los operarios que trabajan en el sistema eléctrico. En estos casos, un generador entra en funcionamiento para asegurar que el colegio mantenga su suministro energético.
El proyecto fotovoltaico del Colegio Alemán de Quito no solo representa un avance hacia la sostenibilidad y la autogestión energética, sino que también es un ejemplo de cómo la iniciativa estudiantil puede contribuir a un futuro más verde. Este esfuerzo no solo proporciona energía limpia al colegio, sino que también representa un paso hacia la educación y la conciencia ambiental en la comunidad.
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