El caso del estudiante asesinado en Quito generó conmoción en el sur de la capital, debido a la brutalidad del ataque y a la ausencia de los responsables. El adolescente, de 16 años, fue encontrado sin vida con múltiples golpes en el cuerpo, el rostro y la cabeza. Su institución educativa está ubicada en La Argelia, a pocas cuadras del lugar donde ocurrió el hecho. Así lo detalla un informe policial difundido tras la emergencia.
Los uniformados recibieron la alerta de una riña callejera a las 18:10. Cuando llegaron, observaron que los paramédicos del Cuerpo de Bomberos intentaban asistir al menor, aunque lamentablemente confirmaron que ya no tenía signos vitales. Según los socorristas, el joven presentaba lesiones contundentes, especialmente en su cabeza, lo que evidenciaba la violencia extrema del ataque. Este detalle reforzó la gravedad del caso del estudiante asesinado en Quito, que continúa sin resolverse.
Intervención policial y levantamiento de indicios
Posteriormente, agentes de la Unidad de Muertes Violentas (Dinased) y equipos de Criminalística acudieron al lugar para recopilar información. Conos y cintas policiales cercaron la zona para evitar que los curiosos contaminaran la escena. Este procedimiento, aunque rutinario, resulta esencial para preservar evidencia valiosa. Además, los investigadores registraron que varios moradores observaron la agresión, pero evitaron identificarse por temor a represalias.
Los testigos aseguraron que dos sujetos atacaron al menor con puñetes y patadas. Después, huyeron rápidamente hacia la avenida Simón Bolívar. A pesar de un operativo inmediato, los agresores no fueron localizados. Este avance limitado profundizó la incertidumbre en torno al caso del estudiante asesinado en Quito, que continúa bajo exhaustiva investigación.
Estudiante asesinado en Quito: Evidencias y proceso judicial
El personal de Criminalística documentó diversas lesiones en la víctima: golpes en la nariz, mentón, una mano y una rodilla. También recolectaron muestras de sangre y retiraron el celular del estudiante, que podría ofrecer pistas relevantes. Todo este material fue trasladado al Departamento de Medicina Legal para la autopsia correspondiente.
Además, los investigadores verificaron si existían cámaras de seguridad en el área. Sin embargo, no hallaron dispositivos que registraran la agresión. Los vecinos comentaron que el joven no residía en ese sector, aunque estudiaba en un colegio cercano. Incluso presumen que el ataque tuvo relación con conflictos previos, debido a que el menor habría pedido disculpas antes de ser golpeado.
La zona también cuenta con un terreno abandonado donde personas desconocidas consumen alcohol y sustancias ilícitas. Este entorno vulnerable incrementa la preocupación comunitaria. Así, el caso del estudiante asesinado en Quito continúa generando alarma mientras la Policía busca identificar a los agresores.
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