Viajar puede ser una experiencia enriquecedora, pero también conlleva riesgos si no se toman precauciones, como los fraudes. Los aeropuertos, hoteles y taxis, que suelen ser los primeros puntos de contacto en un país extranjero, también son lugares donde actúan estafadores con técnicas cada vez más sofisticadas.
La distracción del turista, la barrera del idioma y la confianza en ambientes aparentemente seguros se combinan para facilitar fraudes con tarjetas de débito y crédito.
Desde el aeropuerto: el primer punto de vulnerabilidad
En aeropuertos internacionales, algunos delincuentes colocan dispositivos conocidos como skimmers en cajeros automáticos. Estos aparatos permiten clonar una tarjeta con tan solo un uso. El turista, muchas veces apurado por cambiar dinero o pagar transporte, puede no notar ninguna irregularidad.
Otras veces, los estafadores se hacen pasar por personal de transporte o asistencia turística. Piden pagos anticipados o preautorizaciones usando dispositivos móviles manipulados para capturar los datos del cliente.
Hoteles: el fraude se disfraza de servicio
Los hoteles son espacios donde se asume seguridad. Pero incluso ahí, hay riesgos. Una práctica común ocurre tras el check-in: una persona llama a la habitación haciéndose pasar por empleado del hotel. Dice que hubo un problema con la tarjeta registrada y solicita los datos nuevamente.
El huésped, confiado, comparte la información sin sospechar que está siendo víctima de una estafa. Esa información luego puede ser vendida o utilizada para realizar compras sin autorización.
Taxis: entre lo informal y lo ilegal
El transporte también representa una amenaza. En taxis informales, sin taxímetro ni credenciales visibles, los conductores pueden decir que su lector de tarjetas no funciona. Piden entonces los datos para ingresarlos manualmente, lo que abre la puerta a duplicaciones o cargos indebidos.
En otros casos, el chofer da un rodeo innecesario para inflar el valor del trayecto o incluso duplica el cobro. El viajero recién lo descubre al revisar su estado de cuenta.
¿Cómo protegerse en el extranjero?
Existen medidas simples pero eficaces para reducir el riesgo:
- Usar tarjetas virtuales o apps que generen códigos de un solo uso.
- Verificar físicamente el lector del cajero o POS antes de usarlo.
- Preferir cajeros ubicados dentro de bancos o centros comerciales.
- Nunca compartir datos por teléfono, ni con personal no identificado.
- Activar alertas de consumo desde el banco para recibir notificaciones en tiempo real.
- Usar únicamente taxis autorizados o apps de transporte conocidas.

La información como defensa
La educación financiera y la información son claves para evitar fraudes. Conocer estos métodos de estafa y aplicar medidas de prevención puede marcar la diferencia entre unas vacaciones tranquilas o el mal rato de perder dinero o ser víctima de robo de identidad.
Fuente: Primicias
Otras noticias:
Madera reciclada: La clave para reducir la huella de carbono en la construcción