El debate sobre integrar el IESS y el Ministerio de Salud sin subir impuestos ni perder cobertura se ha intensificado tras la propuesta del presidente Daniel Noboa. La iniciativa busca que el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social se enfoque únicamente en la administración de pensiones, mientras que el Ministerio de Salud Pública asuma la atención médica. Sin embargo, el desafío real consiste en lograr una transición eficiente, sostenible y sin sacrificar la cobertura sanitaria que hoy protege a millones de ecuatorianos.
Diagnóstico: un sistema fragmentado que necesita integración
El sistema de salud nacional enfrenta problemas estructurales y financieros que amenazan su sostenibilidad. Actualmente, el IESS brinda atención a cerca de ocho millones de personas, aunque solo la mitad realiza aportes efectivos. Este desequilibrio genera presiones constantes sobre el fondo de salud, que acumula un déficit anual superior a 600 millones de dólares.
Por otro lado, el Ministerio de Salud Pública administra un presupuesto de más de 2.800 millones, pero sus hospitales también presentan ineficiencias operativas, desabastecimiento de medicinas y limitada capacidad de gestión. Juntos, ambos sistemas representan un gasto superior a los 5.000 millones de dólares anuales, sin garantizar una cobertura homogénea ni calidad uniforme.
Integrar el IESS y el Ministerio de Salud sin subir impuestos ni perder cobertura implicaría fusionar recursos, mejorar la transparencia presupuestaria y optimizar los procesos de contratación médica y hospitalaria, manteniendo la cobertura universal como eje central.
La visión liberal: separar funciones para integrar resultados
Desde una perspectiva liberal, integrar el IESS y el Ministerio de Salud sin subir impuestos ni perder cobertura no significa estatizar ni privatizar, sino rediseñar la forma en que se gestionan los fondos y se prestan los servicios. La clave está en que el dinero siga al paciente, no a la institución.
Los modelos más eficientes del mundo aplican principios como:
- Competencia regulada entre aseguradoras, donde las entidades públicas y privadas compiten por brindar mejor atención bajo supervisión estatal.
- Cuentas individuales de salud, que permiten a cada trabajador gestionar parte de sus aportes para servicios médicos, mientras el Estado cubre emergencias y enfermedades catastróficas.
- Vouchers sanitarios, donde el ciudadano elige el centro médico o seguro de su preferencia, promoviendo competencia y eficiencia.
Beneficios de una gestión separada
Separar las funciones del IESS permitiría proteger el fondo de pensiones y evitar su uso para cubrir déficits del sistema de salud. De esa manera, se garantizaría que los recursos se destinen exclusivamente a jubilaciones, mientras un Fondo Nacional de Salud integrado financiaría la atención médica.
Un esquema de pago por resultados, en lugar de presupuestos fijos, incentivaría la productividad hospitalaria y la calidad en los servicios. Además, al eliminar la duplicidad administrativa, el Estado podría ahorrar recursos sin aumentar impuestos ni reducir la cobertura.
Desafíos legales y constitucionales
Lograr integrar el IESS y el Ministerio de Salud sin subir impuestos ni perder cobertura implica enfrentar obstáculos jurídicos significativos. La Constitución ecuatoriana concibe la seguridad social como un sistema integral, por lo que cualquier cambio estructural requeriría una reforma constitucional o una consulta popular.
Además, se necesitaría una ley que cree un organismo autónomo para administrar los fondos de salud, supervise la contratación de servicios y garantice que el Ministerio de Salud mantenga su rol rector, no de prestador directo.
Experiencias internacionales como referencia
Diversos países ofrecen ejemplos de cómo lograr una integración eficiente:
- Uruguay cuenta con un Fondo Nacional de Salud que distribuye recursos según producción y resultados.
- Chile combina un seguro público con entidades privadas que compiten por los afiliados.
- Holanda y Suiza aplican seguros universales obligatorios, gestionados por aseguradoras supervisadas por el Estado.
- Singapur combina ahorro individual, seguros catastróficos y subsidios directos, garantizando cobertura universal.
Estos modelos demuestran que la integración es posible sin elevar la carga fiscal y manteniendo altos estándares de cobertura y calidad.
Un cambio posible con visión a largo plazo
Integrar el IESS y el Ministerio de Salud sin subir impuestos ni perder cobertura no es una tarea inmediata, pero sí una meta estratégica viable. Requiere planificación técnica, voluntad política y transparencia total en la gestión de los fondos. Si se logra separar la administración financiera de la prestación médica, el país podría avanzar hacia un sistema de salud sostenible, competitivo y centrado en el paciente, donde cada aporte realmente se traduzca en atención oportuna y de calidad.
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