Durante el evento Computex 2025, Intel, en colaboración con el fabricante Maxsun, presentó una innovadora tarjeta de doble GPU. Este lanzamiento busca transformar radicalmente la relación entre rendimiento, eficiencia energética y costo en el competitivo ámbito de la inteligencia artificial. La nueva Arc Pro B60 Dual integra dos procesadores gráficos B60, cada uno con 24 GB de memoria dedicada. En total, la tarjeta de doble GPU proporciona 48 GB, diseñados para satisfacer la creciente demanda de soluciones económicas para aplicaciones de IA avanzada.

Una solución pensada para profesionales, no gamers
A diferencia de las tarjetas orientadas al mercado de videojuegos, esta tarjeta de doble GPU está específicamente diseñada para entornos profesionales. Se dirige a usuarios que valoran el procesamiento paralelo, la eficiencia térmica y una elevada capacidad de memoria. Cada unidad mantiene un consumo entre 240 W y 300 W, cifras razonables para estaciones de trabajo convencionales. Además, incluye refrigeración activa, lo que facilita su integración en sistemas existentes sin comprometer la disipación térmica.
Alternativa accesible frente al dominio de Nvidia
Una de las ventajas más destacables de esta tarjeta de doble GPU es su precio altamente competitivo. Mientras que una RTX 6000 Ada de Nvidia alcanza los $5,500, la propuesta de Intel y Maxsun podría situarse cerca de los $1,000. Este contraste considerable convierte a la Arc Pro B60 Dual en una opción estratégica para laboratorios y centros de investigación con recursos limitados. Sin embargo, cada GPU solo opera con ocho líneas PCIe, lo que reduce el ancho de banda frente a tarjetas x16 tradicionales. A pesar de ello, sigue siendo funcional en muchas tareas de IA que no requieren velocidad máxima de transferencia.
Diseño racional, aunque con limitaciones técnicas
La configuración de salidas de esta tarjeta de doble GPU incluye un DisplayPort y un HDMI por cada GPU. Esta disposición busca evitar conflictos de compatibilidad al utilizar configuraciones multiGPU. En entornos donde el sistema operativo suele enfrentarse a múltiples salidas de vídeo, esta arquitectura mejora la estabilidad. No obstante, aún existen incertidumbres sobre el rendimiento real de Intel en entornos profesionales. Nvidia mantiene una posición dominante gracias a su madurez en software, drivers optimizados y ecosistema consolidado.
¿Cambio de paradigma o competencia simbólica?
Finalmente, la tarjeta de doble GPU representa una apuesta seria de Intel para competir con el liderazgo indiscutible de Nvidia. Su bajo costo, arquitectura funcional y adaptabilidad a estaciones de trabajo la hacen atractiva para numerosos profesionales. Aun así, su éxito dependerá del grado de aceptación que logre en sectores acostumbrados a soluciones probadas. El verdadero reto será demostrar que puede ofrecer rendimiento sostenido y fiabilidad en escenarios de producción complejos.
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