Desde 1986, la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie) ha sido el principal referente del movimiento indígena. Con el paso de los años, su estructura se consolidó como un actor político y social relevante. Sin embargo, el liderazgo de Marlon Vargas marca una etapa distinta, caracterizada por divisiones internas, menor respaldo de las bases y una pérdida evidente de influencia en el escenario nacional.
La Conaie frente a su momento más crítico
A un año de cumplir cuatro décadas, la Conaie atraviesa una crisis sin precedentes. El liderazgo de Marlon Vargas, que inició oficialmente en agosto de 2025, enfrenta el reto de reconstruir la unidad del movimiento. Menos de tres meses después de su posesión, la organización perdió la fuerza y legitimidad que había sostenido durante décadas de lucha.
La falta de respuesta de las bases ante la convocatoria al último paro nacional evidenció el desgaste del liderazgo de Marlon Vargas. Aunque en el pasado los paros nacionales de 2019 y 2022 fortalecieron a la Conaie y a su brazo político, Pachakutik, en 2025 la situación fue distinta. Las comunidades no respondieron con la misma contundencia y el respaldo ciudadano fue limitado.
Entre la desmovilización y la presión gubernamental
El liderazgo de Marlon Vargas se desarrolla en un contexto complejo, marcado por la estrategia del Gobierno de Daniel Noboa para frenar las protestas sociales. Los 31 días de cierres viales, concentrados en Imbabura y Pichincha, generaron más rechazo que apoyo. Además, el motivo central del paro —la eliminación del subsidio al diésel— se diluyó ante la prioridad política de impulsar el “No” en la consulta popular de noviembre.
Una estructura debilitada y dividida
En comparación con liderazgos anteriores, el liderazgo de Marlon Vargas enfrenta mayores obstáculos. Leonidas Iza, Jaime Vargas y otros expresidentes mantuvieron la capacidad de movilizar a las bases y de incidir en las decisiones nacionales. Hoy, la Conaie carece de esa cohesión. La fragmentación interna, la pérdida de credibilidad y las presiones estatales han debilitado su estructura. Este momento crítico refleja el reto más grande para el liderazgo de Marlon Vargas: recuperar la confianza y reconstruir la unidad histórica del movimiento indígena ecuatoriano.
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Fuente:
www.primicias.ec
