El fútbol ecuatoriano atraviesa una crisis inédita que ha puesto en entredicho la transparencia de su competencia profesional. La Dirección de Integridad de LigaPro destapó una investigación que involucra a una red organizada dedicada al amaño de partidos, apuestas ilegales y presiones vinculadas a grupos criminales en la Serie B. Los clubes Gualaceo y Chacaritas aparecen como protagonistas de un escándalo que amenaza con dejar una huella imborrable en la historia del torneo.
Partidos bajo la lupa de la investigación
El informe entregado al Comité Disciplinario incluye al menos cinco partidos de la temporada 2025 que muestran patrones sospechosos. Los reportes técnicos detectaron errores arbitrales sin justificación, jugadas fuera de lógica competitiva y movimientos de apuestas con cifras que superaron los 140.000 dólares.
El caso más alarmante se centra en el encuentro Gualaceo 3-2 Chacaritas, un partido señalado como manipulado de forma deliberada. La evidencia recopilada es contundente: grabaciones de audio, material audiovisual y conversaciones en la aplicación Telegram demuestran que el marcador fue planificado con anticipación.
Una red que combina dirigentes, jugadores e inversionistas
Las denuncias apuntan a una estructura compleja que involucra a dirigentes, futbolistas, inversionistas extranjeros y organizaciones delictivas. Los testimonios revelan que las presiones iban más allá del terreno deportivo. Un jugador aseguró que inversionistas brasileños lo amenazaron con dañar a su familia si no aceptaba dejarse perder en un encuentro.
Este tipo de declaraciones reflejan hasta qué punto el negocio ilegal de las apuestas ha penetrado en el fútbol local, utilizando la intimidación como herramienta para asegurar resultados previamente pactados.

Dirigentes cuestionados y vínculos peligrosos
El informe también pone en la mira a dos dirigentes de la Serie B, acusados de manejar a sus clubes como feudos personales. Según la investigación, estos dirigentes no solo controlaban salarios y contrataciones a su antojo, sino que además mantenían relaciones con personas vinculadas a delitos de armas, extorsión y amenazas.
El documento advierte que este tipo de prácticas compromete no solo la integridad de la competencia, sino la seguridad de quienes participan en ella, desde jugadores hasta trabajadores administrativos.
Un episodio oscuro para la LigaPro
La Dirección de Integridad calificó este caso como “uno de los hechos más oscuros en la historia reciente del fútbol ecuatoriano”. La investigación sostiene que la esencia misma de la competencia fue vulnerada, ya que los resultados dejaron de ser producto del esfuerzo deportivo para convertirse en transacciones controladas por mafias de apuestas.
La situación genera preocupación no solo en los clubes involucrados, sino en todo el ecosistema futbolístico del país, que ve en riesgo su credibilidad y la confianza de los aficionados.
La decisión está en manos del arbitraje
El desenlace de este escándalo recae ahora en el Comité de Arbitraje de la Cámara de Comercio de Guayaquil. Este organismo deberá evaluar las pruebas y determinar las sanciones correspondientes. La expectativa es que las medidas no solo castiguen a los responsables directos, sino que también envíen un mensaje firme para blindar el futuro de la competencia.
El caso marcará un precedente. Si las sanciones son contundentes, podrían convertirse en un punto de quiebre para frenar la infiltración del crimen organizado en el fútbol. Si, por el contrario, se opta por sanciones leves, la desconfianza y la impunidad podrían abrir la puerta a nuevos episodios similares.
Una llamada de atención para la LigaPro
Más allá de los nombres señalados, este escándalo pone de relieve la vulnerabilidad de las ligas menores frente a las mafias de las apuestas. La Serie B, con menores controles financieros y mediáticos que la Serie A, se convierte en terreno fértil para este tipo de prácticas.
La crisis también abre el debate sobre la necesidad de una regulación más estricta de las casas de apuestas y de medidas legales que protejan a los jugadores frente a las amenazas y presiones externas.
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