El 3 de septiembre de 2025, China realizó un desfile militar masivo en Pekín, conmemorando el 80º aniversario de la rendición de Japón en la Segunda Guerra Sino-Japonesa y el final de la Segunda Guerra Mundial. El evento mostró una amplia gama de armas, drones y tecnología militar avanzada, enviando un mensaje explícito a Estados Unidos y sus aliados sobre la creciente capacidad militar china.
El desfile contó con la presencia de más de 20 jefes de Estado extranjeros, incluidos Vladimir Putin de Rusia y Kim Jong-un de Corea del Norte, demostrando la influencia de China en aliados estratégicos y dependientes económicos.
Capacidad de producción militar masiva
Una de las conclusiones más importantes del desfile es que China ha logrado producir rápidamente una amplia gama de armas innovadoras. Hace una década, muchos de sus equipos eran copias rudimentarias de tecnología estadounidense, pero ahora exhiben misiles avanzados, drones y plataformas robóticas con alto grado de sofisticación.
Expertos señalan que la estructura centralizada del país y sus recursos permiten producir armas en masa, otorgándole una ventaja potencial en el campo de batalla. Sin embargo, la integración operativa de estas tecnologías sigue siendo un desafío, ya que el ejército chino no ha participado en conflictos importantes en décadas.
Misiles estratégicos y disuasión
China ha centrado parte de su estrategia en misiles balísticos intercontinentales y de alcance medio, incluyendo el Dongfeng-61 y el Dongfeng-26D “Guam Killer”, capaces de amenazar bases estadounidenses clave.
También se mostraron misiles antibuque hipersónicos, como los YJ-17 y YJ-19, diseñados para evadir defensas enemigas, y la arma láser LY-1, capaz de inutilizar dispositivos electrónicos. Estas capacidades forman parte de un esfuerzo por crear una capacidad de segundo ataque y reforzar la disuasión frente a Estados Unidos.
Inteligencia artificial y drones
El desfile destacó la integración de drones controlados por IA, incluyendo el dron submarino AJX-002 y el dron de ataque GJ-11 “Loyal Wingman”. Se presentaron también los llamados lobos robóticos, con aplicaciones en reconocimiento, barrido de minas y combate.
El desarrollo de estos sistemas refleja una estrategia donde China busca reemplazar estructuras tradicionales con tecnología avanzada, aprendiendo de conflictos recientes como la guerra en Ucrania. La rapidez de respuesta proporcionada por la IA se considera fundamental para obtener ventaja en combate.
Tecnología avanzada versus experiencia operativa
A pesar de los avances tecnológicos, Estados Unidos mantiene una ventaja operativa, basada en la autonomía de sus unidades de combate y la experiencia en la toma de decisiones sobre el terreno. China, en cambio, sigue un modelo verticalista, donde las órdenes vienen desde la cúpula, lo que podría limitar la flexibilidad táctica en situaciones reales.
Estrategia internacional y ventas de armas
El desfile también funcionó como una campaña de ventas de armas a nivel global, con compradores potenciales observando de cerca el arsenal presentado. Países como Myanmar, y aliados estratégicos como Rusia y Corea del Norte, fueron posicionados de manera prominente junto a Xi Jinping, enviando un mensaje político y militar claro a Estados Unidos: China y sus aliados presentan un frente unido en múltiples escenarios de conflicto potencial
El desfile militar de Pekín no solo exhibió el avance tecnológico de China, sino también su estrategia de influencia geopolítica y disuasión frente a Estados Unidos. La combinación de misiles avanzados, drones autónomos y armas robóticas evidencia la ambición de Pekín por consolidarse como potencia militar global, aunque su capacidad operativa real aún debe ser evaluada en escenarios de conflicto.
Fuente: BBC Mundo
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