Violencia desbordada en el norte de Guayaquil
Una nueva masacre en Guayaquil estremeció al distrito Pascuales la mañana del martes 10 de junio. En apenas una hora, sicarios acabaron con la vida de siete personas. El ataque ocurrió entre las 06:15 y las 07:15 en sectores densamente habitados como Peca y Mucho Lote 1. Las víctimas caminaban por la vía pública o se transportaban en tricimotos cuando los atacantes las interceptaron.
Ataques simultáneos en puntos estratégicos
Cinco personas murieron en el parque California, ubicado en el corazón del sector Peca. Las otras dos víctimas fallecieron en Mucho Lote 1. En la avenida Carlos Julio Arosemena Monroy, los atacantes persiguieron a un hombre durante varios metros hasta ejecutarlo. Posteriormente, en la avenida Defensa Civil, cerca de Villa España, dispararon a un conductor de tricimoto. Esta masacre en Guayaquil exhibe una violencia deliberada y cuidadosamente coordinada.

Presión sobre grupos delictivos intensifica las represalias
La Policía Nacional atribuye la reciente masacre en Guayaquil a la incautación de cuatro fusiles ocurrida el fin de semana anterior. Esa operación habría desestabilizado a los Tiguerones, una organización delictiva. Alias JK, considerado líder de esa facción, habría ordenado los homicidios como venganza por la pérdida del armamento. Como resultado, múltiples asesinatos se ejecutaron en distintas zonas.
El domingo 8 de junio, en Bastión Popular, asesinaron a cuatro hombres dentro de una vivienda. Al día siguiente, sicarios mataron a una pareja tras dejar a sus hijos en la escuela. Según las autoridades, esas víctimas custodiaban las armas incautadas. Además, los agresores difundieron los videos del crimen en redes sociales, amplificando el miedo entre los residentes.
Cabecillas identificados y respuesta institucional
Alias JK, Ñoco y Colombia figuran como los presuntos autores intelectuales de esta masacre en Guayaquil. Un sospechoso fue detenido en el distrito Sur, donde portaba un fusil. Sin embargo, los otros líderes aún se mantienen prófugos. La Policía los considera objetivos de interés intermedio y ha incrementado los operativos en sectores clave para lograr su captura.
Desde el domingo, Pascuales ha registrado trece asesinatos, lo que eleva a más de 200 las muertes violentas en 2025. Esta escalada de violencia sitúa al distrito como uno de los más peligrosos del país. Frente a esta crítica situación, la masacre en Guayaquil exige una respuesta estatal contundente, inmediata y bien articulada para contener el avance del crimen organizado.
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