El desembarco de la nave Odysseus de Intuitive Machines en la Luna, marcando el hito de ser la primera empresa privada en lograr tal hazaña, se convierte en un relato cada vez más asombroso a medida que se profundiza en los detalles de su alunizaje. El drama comenzó temprano, con la falencia de los altímetros a bordo, poniendo en peligro la precisión de la operación. Sin embargo, el ingenio y la eficacia del Falcon 9 de SpaceX, el cohete que lanzó la misión, desempeñaron un papel crucial al evitar que la nave quedara a la deriva en el espacio.
El infortunio se hizo evidente cuando, a tan solo dos horas del esperado alunizaje, se descubrió que el sensor esencial para medir la distancia a la Luna estaba inoperativo. Un descuido humano al no reactivar el dispositivo antes del despegue, sumió a los ingenieros en una carrera contra el tiempo para encontrar una solución. La empresa optó por un plan B audaz: utilizar un altímetro alternativo, el instrumento NDS de la NASA, en un intento por garantizar un aterrizaje seguro.
Sin embargo, las dificultades no terminaron ahí. A pesar de los esfuerzos por adaptarse a la nueva contingencia, la Odysseus enfrentó problemas durante su descenso final, dejándola en una situación precaria a solo quince kilómetros de la superficie lunar. Durante doce minutos cruciales, la nave se vio obligada a depender únicamente de sus cámaras para calcular su altitud y velocidad descendente, un escenario tenso que recordó a las primeras misiones espaciales.
El momento cumbre llegó cuando, a solo metros del suelo, la Odysseus creyó estar a una altura de tan solo cien metros, un error que resultó en un aterrizaje brusco y fuera de lo previsto. A pesar de las adversidades, la nave logró mantenerse operativa, aunque con daños evidentes en una de sus patas y una inclinación inesperada que desafiaba su estabilidad.
A medida que se revelan los desafíos enfrentados durante la misión, se destaca el ingenio y la resiliencia del equipo detrás de la Odysseus. A pesar de las once crisis que enfrentaron en tan solo doce días, la perseverancia y el éxito final de la misión eclipsarán cualquier contratiempo pasado, dejando un legado de logro en la exploración espacial privada.
Fuente:
www.xataka.com
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