Un proyecto estratégico convertido en un foco de ilegalidad
El caso de Río Blanco simboliza cómo una oportunidad minera estratégica puede transformarse en un caos ambiental, social y criminal. Este proyecto minero, ubicado en el páramo de Molleturo, fue concebido como una inversión extranjera capaz de impulsar la economía ecuatoriana. Sin embargo, la suspensión judicial en 2018 derivó en un vacío de control estatal. La empresa concesionaria abandonó la zona y la minería ilegal se expandió rápidamente, generando violencia, contaminación y pérdida de autoridad estatal.
El 22 de octubre de 2025, un operativo militar incautó 400 toneladas de material aurífero en Río Blanco, evidencia de que el territorio está dominado por grupos criminales. Este suceso demuestra cómo el abandono institucional favoreció la expansión de mafias dedicadas al oro ilegal, deteriorando gravemente el ecosistema.
Río Blanco: una lección sobre el abandono institucional
El ingeniero en minas Pedro Mancheno advierte que Río Blanco es hoy un laboratorio del abandono estatal. La falta de políticas de desarrollo alternativo y de control efectivo permitió que las bandas criminales ocuparan el espacio dejado por la minería formal. Además, el Estado enfrenta un arbitraje internacional por $480 millones, mientras el área continúa degradándose por detonaciones, deforestación y uso de mercurio.
A pesar de que el Cabildo Popular por el Agua de Cuenca niega la presencia de minería ilegal, informes oficiales, denuncias de la Cámara de Minería y reportes de la Defensoría del Pueblo confirman la explotación ilícita. Esta situación ha causado un impacto ambiental severo y la pérdida de biodiversidad en los páramos que alimentan el Parque Nacional Cajas.
Río Blanco: claves para evitar repetir la historia
Para no repetir el caso de Río Blanco, los expertos recomiendan seis acciones urgentes: formalización de mineros artesanales, trazabilidad del oro, presencia estatal permanente, cierre socioeconómico responsable, transparencia institucional y un marco legal claro. Solo así el país podrá evitar nuevos conflictos, arbitrajes costosos y desastres ambientales. El ejemplo de Río Blanco debe servir como advertencia sobre las consecuencias del abandono estatal en los proyectos mineros estratégicos de Ecuador.
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Fuente:
www.lahora.com.ec
