La incontinencia urinaria solía ser considerada como una condición asociada principalmente a la vejez, pero estudios recientes revelan una realidad distinta. Investigaciones realizadas por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM) muestran que la incontinencia afecta a adultos jóvenes en una proporción del 30% al 40%. Sin embargo, la vergüenza y el estigma que rodean este tema impiden que muchas personas busquen ayuda o tratamiento, lo que agrava la situación.
El tabú de hablar de incontinencia
Según la encuesta de Higiene y Salud de Essity, solo 1 de cada 4 personas que padecen incontinencia se siente cómodo hablando del tema dentro de su círculo cercano. Además, solo el 50% de los afectados buscan ayuda profesional. Este tabú alimenta una serie de mitos que obstaculizan el acceso al tratamiento adecuado y la comprensión de la condición.
Desmitificando la incontinencia urinaria
En línea con el tercer Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS), Essity, a través de su marca TENA, busca desafiar estos mitos y normalizar la conversación sobre la incontinencia urinaria. Aquí algunos de los mitos más comunes:
- No tiene cura y/o tratamiento: Si bien la incontinencia puede ser una condición crónica, existen tratamientos que pueden mejorarla e incluso curarla. Desde cambios en el estilo de vida hasta procedimientos médicos, hay opciones para cada paciente.
- Es solo un problema físico: El impacto emocional y social de la incontinencia no debe subestimarse. La vergüenza y la autoestima afectada pueden tener un impacto significativo en la calidad de vida del paciente.
- Existe solo un tipo de incontinencia: Se presenta en diferentes formas, cada una con sus propios síntomas y tratamientos específicos. Es crucial obtener un diagnóstico preciso para abordarla de manera efectiva.
Promoviendo la conciencia y la comprensión
“En Essity y TENA, nos esforzamos por brindar productos de calidad e información precisa sobre la incontinencia urinaria”, afirma Angela Tejeda, Brand Manager de TENA Perú. Desafiar los mitos y proporcionar educación es fundamental para abordar adecuadamente esta condición y mejorar la calidad de vida de quienes la padecen.
La incontinencia urinaria no debería ser un tema tabú. Al romper el silencio y buscar ayuda, podemos avanzar hacia una sociedad más comprensiva y solidaria con quienes enfrentan este desafío en su vida diaria.
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