La visa H-1B, uno de los principales programas de inmigración laboral en Estados Unidos, enfrenta cambios que encarecen y endurecen su acceso.
Visa H-1B y su aplicación
La visa H-1B es una categoría de no inmigrante que permite a los empleadores estadounidenses contratar trabajadores extranjeros en ocupaciones especializadas. Estas suelen requerir al menos una licenciatura o su equivalente.
El empleador debe presentar la petición ante el Servicio de Ciudadanía e Inmigración (USCIS). Sin embargo, existe un cupo anual limitado, por lo que, si las solicitudes exceden el número disponible, se realiza un sorteo.
En la actualidad, el USCIS aplica un sistema “centrado en el beneficiario”. Esto asegura que cada trabajador se registre solo una vez, reduciendo intentos de manipulación o duplicidad.
Cada año fiscal, se otorgan 65,000 visas nuevas, más 20,000 adicionales para candidatos con maestría u otros grados avanzados obtenidos en universidades estadounidenses.
Requisitos principales
Aunque cada caso puede variar, los requisitos más comunes son:
- Certificación de condición laboral (LCA) aprobada por el Departamento de Trabajo.
- Asunción de tarifas y responsabilidades por parte del empleador.
- Garantía de que la contratación no afectará a trabajadores estadounidenses en condiciones similares.
Inicialmente, la visa se concede por hasta tres años y puede renovarse por un máximo de seis. En casos de trámites de residencia permanente, es posible extenderla más allá.
Cambios recientes en la visa H-1B
El 19 de septiembre de 2025, el presidente Donald Trump firmó la proclamación Restriction on Entry of Certain Nonimmigrant Workers. Esta introdujo una tarifa única obligatoria de US$100,000 para cualquier nueva petición presentada a partir del 21 de septiembre de 2025.
La medida no afecta renovaciones ni a quienes ya poseen una visa válida. Tampoco aplica a solicitudes ingresadas antes de la fecha límite. Se trata de un cargo único para solicitudes iniciales.
Además, el gobierno anunció mayor escrutinio en el sistema de lotería y futuros ajustes que darán prioridad a salarios altos o a habilidades muy especializadas.
Reacciones al nuevo costo
La nueva tarifa generó preocupación en empresas de tecnología, consultoras y especialistas en inmigración. Estos advierten que encarecerá la contratación de talento extranjero y podría reducir proyectos técnicos.
El gobierno, por su parte, justifica la medida como un mecanismo para evitar abusos, proteger a los trabajadores estadounidenses y priorizar perfiles mejor pagados.

Pequeñas empresas temen que el costo sea una barrera insuperable. Incluso en California se evalúan acciones legales para impugnar la tarifa, alegando que podría ser arbitraria y desincentivar la innovación.
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Fuente: www.eleconomista.com.mx