Ecuador enfrenta un panorama más favorable en cuanto a su suministro de energía eléctrica gracias a la mejora en la situación hídrica y al apoyo de Colombia. El embalse de Mazar está lleno y las importaciones de electricidad han disminuido, pero la crisis aún no ha sido superada. El Consejo de Expertos recomienda acelerar contrataciones para fortalecer el sistema.
Colombia, según la Asociación Nacional de Empresas Generadoras de Colombia (Andeg), podría continuar suministrando energía hasta abril de 2025. La sequía en ese país no ha sido tan severa como se esperaba, lo que ha permitido mantener los embalses en niveles aceptables.
Capacidad de Colombia para vender energía
Colombia puede vender hasta 430 megavatios de potencia a Ecuador. En enero de 2025, Ecuador importó 289 megavatios, cifra que disminuyó a 227 megavatios en febrero. Esta reducción se debe a la mejora de la generación hidroeléctrica en Ecuador debido a un aumento en las lluvias.
El embalse de Mazar, que abastece al Complejo Hidroeléctrico Paute, alcanzó su capacidad máxima de 2.153 metros sobre el nivel del mar, permitiendo una generación estable de energía. Sin embargo, se mantiene la incertidumbre sobre la posibilidad de futuras sequías.
Costo de las importaciones de energía
Las importaciones de electricidad han sido una solución costosa para Ecuador. En 2023, el país gastó USD 230,76 millones en compras de energía desde Colombia, cifra que aumentó a USD 334,3 millones en 2024. En total, el gasto asciende a USD 565 millones en los últimos dos años. Este monto podría haberse invertido en la construcción de proyectos eólicos equivalentes a 312 megavatios.
La crisis eléctrica se ha agravado debido a la falta de inversión en energía renovable, una sequía extrema y la obsolescencia del parque termoeléctrico del país.
¿Es suficiente la energía importada para evitar apagones?
Marco Acuña, del Consejo Consultivo de Ingeniería y Economía, advierte que aunque Ecuador está en mejor situación que en abril de 2024, los riesgos de apagones persisten. El embalse de Mazar podría garantizar el suministro por unos 30 días, pero si la sequía regresa, la situación podría volverse crítica.
El Gobierno ha trabajado en aumentar la generación interna:
- Una barcaza de 100 megavatios ya está operativa.
- Otra barcaza con 96 megavatios está en funcionamiento.
- Una tercera barcaza de 100 megavatios está en pruebas.
- Las turbinas de la hidroeléctrica Toachi Pilatón aportarán 204 megavatios.
- Progen instalará 150 megavatios en Quevedo y Salitral.
- Austral instalará 91 megavatios en Esmeraldas antes de abril.
A pesar de estos esfuerzos, solo 900 megavatios de los 2.100 megavatios del parque termoeléctrico están operativos.
Retrasos y soluciones alternativas
El Gobierno ha otorgado prórrogas a las empresas encargadas de instalar equipos en Quevedo, Salitral y Esmeraldas, pero los plazos siguen sin cumplirse. Además, algunas contrataciones, como las de Worlding para alquilar 532 megavatios, se han cancelado por falta de garantías.
Para mitigar riesgos, Acuña recomienda implementar medidas complementarias, como campañas de ahorro de energía y el uso de generadores de Petroecuador, lo que podría aportar hasta 400 megavatios adicionales.
Si bien la situación eléctrica de Ecuador ha mejorado gracias a las lluvias y la energía importada de Colombia, la crisis no está completamente superada. La falta de inversión en generación interna, los retrasos en la instalación de nuevos equipos y la posibilidad de nuevas sequías hacen que el riesgo de apagones continúe latente. Es crucial que el Gobierno acelere las contrataciones y adopte medidas preventivas para garantizar un suministro estable a largo plazo.
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