La tos ferina, también conocida como tos convulsa o científicamente como pertussis, es una infección respiratoria altamente contagiosa. Su origen es bacteriano, causada por Bordetella pertussis. Esta enfermedad se caracteriza por provocar ataques severos de tos, los cuales pueden comprometer la capacidad de respirar adecuadamente.
Síntomas iniciales de la tos ferina
En las primeras etapas, los síntomas suelen confundirse con los de un resfriado común. Se presentan congestión nasal, secreción nasal, estornudos frecuentes, tos leve y fiebre baja. Estas manifestaciones iniciales pueden inducir a error, retrasando el diagnóstico oportuno.
Con el paso de los días, la tos ferina evoluciona de manera alarmante. Los pacientes experimentan episodios de tos violentos e incontrolables. Después de estos ataques, es común escuchar una inspiración ruidosa y aguda, conocida como el “gallo” o “grito de la tos”.
La importancia de la vacunación
La vacunación constituye la herramienta más efectiva para prevenir la tos ferina. En Ecuador, la vacuna DTaP es fundamental para proteger contra esta infección, así como contra la difteria y el tétanos. El esquema de vacunación recomienda dosis a los dos, cuatro y seis meses de edad, seguidas de dos refuerzos posteriores.
Proteger a los niños pequeños es esencial, ya que la tos ferina representa un riesgo mortal en bebés menores de seis meses. No seguir el esquema de vacunación expone a los más vulnerables a consecuencias devastadoras.
Signos de alerta que deben tomarse en serio
Uno de los signos más característicos de la tos ferina es la tos fuerte, prolongada e intensa. Entre cada ataque, los niños suelen jadear en busca de aire, emitiendo un sonido agudo o silbido.
En bebés, los síntomas de la tos ferina incluyen pausas respiratorias (apnea), dificultades para alimentarse y problemas para respirar. Estos signos requieren atención médica urgente, ya que las complicaciones pueden ser severas.
Fases de la tos ferina
Fase Inicial (Catarral):
- Congestión nasal.
- Estornudos constantes.
- Tos leve y persistente.
- Fiebre baja y malestar general.
Fase de Ataque (Paroxística):
- Episodios de tos intensa que pueden durar varios minutos.
- Sonido agudo al inhalar tras la tos (gallo o grito característico).
- Vómitos provocados por los ataques.
- Agotamiento extremo posterior a los episodios.
Consecuencias de no tratar la tos ferina
Ignorar o subestimar los síntomas de la tos ferina puede resultar en complicaciones graves. En los casos más severos, la enfermedad puede causar neumonía, daño cerebral irreversible o incluso la muerte.
Las hospitalizaciones debido a la tos ferina son frecuentes, especialmente en niños pequeños. La falta de tratamiento adecuado eleva de manera considerable el riesgo de secuelas permanentes.
Prevención: un compromiso colectivo
La tos ferina no solo afecta a los no vacunados. Personas parcialmente inmunizadas también pueden contraerla y transmitirla. Por esta razón, completar el esquema de vacunación y reforzar la inmunización en adolescentes y adultos es crucial.
La prevención efectiva contra la tos ferina salva vidas. Además, contribuye a la construcción de comunidades más seguras y saludables.
Fuente: METRO ECUADOR
También te puede interesar: El PSC respalda a ADN para presidir la próxima Asamblea: fundamentos de una decisión estratégica
