El gobierno colombiano ha anunciado la restricción de energía a Ecuador debido a una severa sequía debido a una severa sequía, con el objetivo de asegurar el abastecimiento interno. Esta medida pone en evidencia la creciente preocupación por la escasez de recursos hídricos en ambos países y las tensiones que pueden surgir a nivel energético en la región.
La temporada seca afecta a Colombia
El 19 de septiembre de 2024, el Gobierno de Colombia informó que limitaría las exportaciones de energía a Ecuador debido a la temporada de estiaje que atraviesa el país. Según el Ministerio de Minas y Energía, esta decisión busca garantizar una “óptima recuperación de los embalses del Sistema Interconectado Nacional” para afrontar las crecientes demandas internas. La restricción significa que únicamente la energía térmica no necesaria para el consumo local será destinada a Ecuador.
El Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam), liderado por Ghisliane Echeverry, advirtió sobre la reducción de lluvias en la región de la Orinoquía para septiembre y condiciones climáticas similares en los meses posteriores. Desde principios de 2024, Colombia ha enfrentado sequías que no solo han disminuido los niveles de sus embalses, sino que también han provocado incendios forestales en diversas regiones.
Preocupaciones por los embalses en Colombia
La Ministra de Ambiente de Colombia, Susana Muhamad, señaló la semana pasada que la situación en los embalses es crítica, especialmente en el embalse de Chuza, uno de los principales abastecedores de agua de Bogotá. Actualmente, el embalse se encuentra entre el 38% y 44% de su capacidad. La Ministra alertó que, de continuar el ritmo actual de consumo, el nivel podría caer al 22% para diciembre, insuficiente para sobrellevar el próximo periodo seco.
“Si nosotros llegamos a diciembre con un embalse en un 22 %, no hay suficiente capacidad para garantizar que las reservas sean suficientes para sobrepasar la temporada de seco”, explicó Muhamad, haciendo un llamado al control del consumo y a medidas preventivas para evitar una crisis mayor.
Impacto en Ecuador: apagones programados
Mientras tanto, Ecuador enfrenta su propia crisis energética. El país, que depende en gran medida de las importaciones de energía desde Colombia y de la producción hidroeléctrica local, ha iniciado un nuevo periodo de apagones programados debido a la sequía que afecta a sus principales centrales hidroeléctricas. La noche del miércoles, varias regiones de Ecuador experimentaron apagones, siendo este el tercer evento similar en menos de un año.
El primer periodo de apagones se dio a finales de 2023, seguido por otro a mediados de abril de 2024, ambos causados por condiciones climáticas adversas que afectaron la capacidad de producción de las hidroeléctricas ecuatorianas. Las limitaciones en las exportaciones de energía por parte de Colombia agudizan aún más la situación en Ecuador, dejando a su sistema eléctrico vulnerable.
Precedentes en la relación energética entre Colombia y Ecuador
Esta no es la primera ocasión en la que Colombia se ve obligada a reducir las exportaciones de energía a Ecuador. En abril de 2024, el país vecino también suspendió el envío de energía debido a los bajos niveles de sus embalses, una situación que parece repetirse a medida que la temporada seca se extiende. Ambas naciones comparten un sistema de interconexión eléctrica que ha permitido la cooperación durante situaciones de emergencia, pero la creciente presión sobre los recursos hídricos hace que estas colaboraciones sean cada vez más inciertas.
La situación actual entre Colombia y Ecuador subraya la fragilidad de los sistemas energéticos en la región, especialmente ante fenómenos climáticos extremos. A medida que la sequía persiste y las proyecciones meteorológicas no son alentadoras, ambos gobiernos deberán buscar soluciones tanto a corto como a largo plazo para asegurar el suministro energético a sus respectivas poblaciones. En este contexto, se espera que Ecuador acelere sus esfuerzos para diversificar sus fuentes de energía y reducir su dependencia de las importaciones, mientras que Colombia deberá gestionar de manera más eficiente sus recursos hídricos para evitar crisis internas.
Las relaciones energéticas entre estos dos países, aunque colaborativas, podrían enfrentar mayores desafíos en el futuro si la variabilidad climática continúa afectando sus principales fuentes de energía.
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