El 30 de septiembre de 2024, el Gobierno de Colombia anunció la suspensión de la venta de electricidad a Ecuador, en un contexto marcado por la crisis energética que enfrenta la nación ecuatoriana. Este acuerdo, firmado por el ministro de Minas y Energía colombiano, Omar Andrés Camacho, responde a la creciente necesidad de energía en Colombia, que opera su parque térmico a máxima capacidad. La decisión se produce en un momento crítico para Ecuador, que depende de las importaciones de electricidad para satisfacer su demanda interna.
Contexto energético en Ecuador
Ecuador ha dependido históricamente de la electricidad importada de Colombia, que representa alrededor del 10% de su consumo total. La matriz energética del país se basa en un 70% de energía hidroeléctrica, con la central Coca Codo Sinclair como la principal fuente, capaz de generar 1,500 megavatios. También destaca el embalse de Mazar, que alimenta tres centrales hidroeléctricas adicionales con una potencia combinada de 1,757 megavatios.
La reciente suspensión de la venta de energía por parte de Colombia deja a Ecuador en una situación vulnerable. Cualquier afectación en las centrales hidroeléctricas podría comprometer la capacidad del sistema eléctrico para atender la demanda nacional, un desafío que se había aliviado en momentos de crisis gracias a la electricidad importada.
Impacto de la crisis energética
La crisis energética en Ecuador se ha intensificado debido a múltiples factores, incluidos apagones recientes y la falta de inversión en infraestructura. La dependencia de la energía hidroeléctrica hace que el país sea susceptible a las variaciones climáticas y al rendimiento de sus centrales eléctricas. La situación actual refleja la necesidad urgente de diversificar las fuentes de energía y mejorar la capacidad de generación interna.
Situación económica de Ecuador
La suspensión de la venta de energía de Colombia llega en un momento crítico para la economía ecuatoriana. El Banco Central del Ecuador informó que el Producto Interno Bruto (PIB) del país sufrió una contracción del 2.2% en el segundo trimestre de 2024 en comparación con el año anterior. Entre las razones detrás de este decrecimiento se encuentra la caída en el consumo de los hogares, que ha sido afectada por una disminución en la demanda de productos textiles y calzado, así como en servicios de comercio, transporte, alojamiento y servicios de comida.
Además, desde el 1 de abril de 2024, Ecuador implementó un aumento del IVA al 15%, lo que también ha impactado en el consumo general. La combinación de factores económicos y la crisis energética agravan la situación del país, que ya enfrenta un panorama complicado.
Desafíos en la inversión y el desarrollo
La crisis también se ve reflejada en la contracción de la formación bruta de capital fijo (FBKF), que cayó un 8.2%. Este declive ha sido especialmente notorio en el sector de la construcción, que experimentó una reducción del 17.2%. La falta de inversión en infraestructura, tanto en el sector energético como en otros ámbitos, representa un obstáculo significativo para la recuperación económica de Ecuador.
La suspensión de la venta de energía de Colombia a Ecuador resalta los desafíos que enfrenta el país en su búsqueda de un suministro eléctrico sostenible y confiable. En medio de una crisis energética y una economía en contracción, es esencial que Ecuador tome medidas proactivas para diversificar sus fuentes de energía y fomentar la inversión en infraestructura. La colaboración regional y la implementación de políticas eficaces serán cruciales para enfrentar estos desafíos y garantizar un futuro energético más estable para el país.
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