La ofensiva migratoria del presidente Donald Trump ha intensificado las deportaciones en Estados Unidos, dejando un saldo de al menos 200.000 latinoamericanos expulsados en solo diez meses. La política no solo está fragmentando miles de familias, sino que también comienza a generar pérdidas económicas severas en sectores clave, especialmente en el campo y la construcción.
Familias rotas por la deportación
Leonel Chávez aún despierta creyendo que sigue en Connecticut. Hoy está en Puebla, México, lejos de su esposa y de sus tres hijos nacidos en Estados Unidos. Fue detenido por agentes del ICE cuando se dirigía a su trabajo en la construcción junto a su hermano. Días después, ya estaba deportado.
“Me siento vacío, devastado”, relata. Su historia refleja la de decenas de miles de familias separadas por una política que se ejecuta con redadas en calles, lugares de trabajo y zonas residenciales.
Su hija, desde Estados Unidos, lamenta el trato que recibió su padre: “Trabajaba duro, tenía una pequeña empresa, pagaba impuestos. Aunque era indocumentado, hacía todo bien. Aun así, lo trataron como basura”.
El campo empieza a pagar el costo
Las deportaciones masivas ya muestran efectos económicos visibles. Según Goldman Sachs, los inmigrantes indocumentados representan entre el 4% y 5% de la fuerza laboral total, pero su peso es mucho mayor en sectores como la agricultura, el procesamiento de alimentos y la construcción, donde alcanzan entre el 15% y 20%.
El Departamento de Agricultura de EE.UU. estima que el 42% de los trabajadores agrícolas contratados no tiene autorización legal para trabajar. Desde abril, 1,4 millones de personas han salido de la fuerza laboral, de las cuales 802.000 nacieron en el extranjero, según la Oficina de Estadísticas Laborales.
En el condado de Wasco, Oregón, un agricultor calcula pérdidas de entre USD 250.000 y USD 300.000 durante la temporada de verano porque la mitad de sus trabajadores no se presentó por miedo a ser detenido. En sus huertos, las cerezas se pudrieron en los árboles por falta de mano de obra.
Un impacto nacional silencioso
Aunque los trabajadores agrícolas no figuran en los informes mensuales oficiales de profiling laboral, analistas coinciden en que la política migratoria está generando un efecto dominó en toda la economía estadounidense. Menos trabajadores significan cosechas perdidas, aumento de costos y presión sobre los precios de los alimentos.
Un futuro incierto
Desde México, Leonel Chávez intenta mantenerse firme. Sueña con reencontrarse con su familia y no pierde la fe:
“Estados Unidos me dio mucho, me dio una familia hermosa. Esta es una prueba que vamos a vencer”.
Mientras tanto, miles de hogares enfrentan la misma incertidumbre. La deportación masiva ya no es solo un debate político: es una crisis humana y económica que comienza a dejar huellas profundas dentro y fuera de Estados Unidos.
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