Donald Trump regresa a la Casa Blanca el 20 de enero de 2025, marcando su segundo mandato como el 47.º presidente de Estados Unidos. Cuatro años después de su salida, el republicano regresa tras una victoria decisiva en las elecciones de 2024. Su retorno no solo es histórico por ser el primer presidente condenado en asumir el cargo, sino también por el impacto global que genera. Trump recupera el poder en un contexto de frustración ciudadana, impulsado por una economía en crisis y una creciente inmigración irregular.
Donald Trump y su estrategia electoral
La victoria de Donald Trump refleja la habilidad de un líder populista que ha canalizado las inquietudes de la ciudadanía en torno a temas sensibles, como la inmigración. Recurriendo a la retórica xenófoba que lo caracterizó en 2016, el presidente electo se ha beneficiado de una base leal y un electorado descontento con las políticas demócratas de los últimos años. Sus promesas incluyen reducir impuestos y soportar las políticas migratorias, buscando conectarse con sectores que lo consideran un defensor de sus intereses.
Celebración y promesas de Donald Trump
Trump celebró su victoria en una fiesta en Florida, donde prometió “sanar el país” y conducir a una “edad de oro”. Sus aviones incluyen desde grandes rebajas fiscales hasta una deportación masiva de inmigrantes irregulares. También reafirmó su lema, “Hacer grande a Estados Unidos de nuevo”, anticipando un cambio drástico en la política interna del país.
Impacto geopolítico del regreso de Donald Trump
A nivel internacional, Trump ha dejado claro que su prioridad es “Estados Unidos primero”, lo cual podría aislar al país y desestabilizar las relaciones con sus aliados. Ha propuesto imponer altos aranceles a países como China y México, lo que podría desencadenar una guerra comercial. Además, su relación con líderes autoritarios como Vladímir Putin o Kim Jong-un genera incertidumbre, especialmente en temas de seguridad global.
Un desafío para la democracia estadounidense
La presidencia de Donald Trump representa una prueba para la democracia en Estados Unidos. Su enfoque autoritario y su desprecio hacia los medios críticos.
Más noticias: