Lejos de ser un lujo o una pérdida de tiempo, dormir bien se ha consolidado como uno de los tres pilares de una vida saludable, junto a la alimentación y la actividad física. Especialistas como la médica Stella Maris Valiensi y el neumonólogo Facundo Nogueira aseguran que el descanso nocturno influye directamente en nuestro bienestar físico, mental y emocional.
Más energía, mejor alimentación y ganas de moverse
Dormir bien no solo ayuda a sentirse más animado al día siguiente. Según Valiensi, mejora la disposición para hacer ejercicio y tomar decisiones alimentarias más saludables. “Si descansamos bien, nos sentimos mejor”, subraya.
Dormir bien, vivir mejor: 15 beneficios comprobados
Dormir es mucho más que cerrar los ojos. Durante la noche, el cuerpo activa procesos vitales para la salud. Estas son algunas de las razones científicas que explican por qué el sueño de calidad es esencial:
Reparación del cuerpo y depuración del cerebro
Durante el descanso profundo se reparan tejidos, se regenera masa muscular y se eliminan toxinas, como el beta-amiloide, vinculado con el Alzheimer. También se liberan hormonas como la del crecimiento, fundamentales para la recuperación física y cerebral.
Menos estrés, más equilibrio
El sueño reduce los niveles de cortisol y adrenalina, las principales hormonas del estrés. Este efecto protector favorece al sistema nervioso y al metabolismo.
Mejora la memoria y protege la mente
Dormir bien mejora la concentración, consolida los recuerdos y previene enfermedades neurodegenerativas como la demencia o el Alzheimer. De hecho, dormir mal duplica el riesgo de desarrollarlas, según Nogueira.
Fortalece las defensas y reduce la inflamación
Valiensi asegura que un buen descanso favorece la producción de moléculas inmunológicas. Dormir poco debilita el sistema inmune y agrava procesos inflamatorios.
Cuida el corazón y previene la obesidad
Durante el sueño, el corazón descansa: baja la presión arterial y la frecuencia cardíaca. También se reduce el riesgo de hipertensión, obesidad, diabetes tipo 2, arritmias y accidentes cerebrovasculares.
Mejor ánimo y menos depresión
El sueño regula las emociones. Dormir mal altera el estado de ánimo y favorece la aparición de trastornos como la depresión.
Las consecuencias del mal dormir
Dormir poco o mal afecta desde el primer día: baja el rendimiento, genera somnolencia e irritabilidad. Pero sus efectos a largo plazo son aún más serios: obesidad, enfermedades cardiovasculares y deterioro cognitivo progresivo.
Dormir entre 7 y 9 horas: el objetivo ideal
Para adultos, se recomienda dormir entre 7 y 9 horas cada noche. Pero la clave está también en la calidad del sueño: debe ser continuo, profundo y en horarios regulares, incluso durante fines de semana y vacaciones.
Higiene del sueño: hábitos que ayudan
Para lograr un descanso reparador, los especialistas aconsejan:
- Cenar al menos dos horas antes de acostarse
- Evitar ejercicio físico intenso por la noche
- Reducir la exposición a pantallas antes de dormir
- Crear un ambiente relajante: leer, meditar, ducharse
- Evitar el alcohol, que altera la estructura del sueño

Dormir es salud: ponlo en tu agenda
“Hay que poner el sueño en la agenda”, insiste Nogueira. Dormir bien no es un lujo: es una necesidad biológica que impacta en cada aspecto de la vida. Y como toda medicina, es más efectiva si se toma todos los días.
Fuente: Infobae
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