El analista petrolero Nelson Baldeón alertó que Ecuador atraviesa una profunda crisis en su sector hidrocarburífero, marcada por la caída sostenida en la producción de petróleo y la ausencia de decisiones estratégicas. Según datos de la Asociación de la Industria Hidrocarburífera del Ecuador, la producción ha caído más de un 24 % en los últimos diez años: de 550.000 barriles diarios en 2014 a apenas 426.384 entre enero y agosto de 2025. Esta pérdida de 124.000 barriles compromete seriamente la sostenibilidad fiscal y la estabilidad de la dolarización.

Paralización de campos estratégicos
Uno de los puntos críticos señalados es la paralización de campos petroleros estratégicos como Pungarayacu y los bloques 16 y 67, sumados a la incertidumbre sobre el campo Sacha. Estas áreas, de alto potencial productivo, permanecen estancadas por falta de gestión, conflictos contractuales y demoras en la aprobación de nuevas inversiones.
Dependencia de importaciones de combustibles
Otro factor alarmante es el rezago en el área de refinación. El país importa cerca del 90 % del diésel que consume debido al estancamiento en las refinerías nacionales. Esta dependencia incrementa la vulnerabilidad fiscal, pues obliga a destinar miles de millones de dólares a la importación de combustibles que podrían producirse localmente.
Comparación con Perú y la región
Mientras Ecuador enfrenta esta crisis, Perú ha iniciado lo que denomina su “era petrolera” con el ingreso de la multinacional Chevron en Lambayeque y La Libertad. Esta comparación evidencia cómo otros países logran atraer inversión extranjera y dinamizar su producción, mientras que Ecuador queda rezagado por decisiones tardías y trabas burocráticas.
La meta de 500.000 barriles, cada vez más lejana
El Gobierno del presidente Daniel Noboa había establecido como meta alcanzar los 500.000 barriles diarios hacia finales de 2025. Sin embargo, Baldeón advirtió que con las condiciones actuales —campos paralizados, demoras regulatorias y ausencia de inversión privada— este objetivo es prácticamente inalcanzable. Esto podría tener un fuerte impacto en la gestión gubernamental, especialmente en un contexto de presiones fiscales y demandas sociales.
Llamado a decisiones urgentes
Baldeón hizo un llamado al Gobierno y al Viceministerio de Hidrocarburos, liderado por María Daniela Conde, para que se tomen decisiones inmediatas en torno a la delegación de bloques a privados, la reactivación de campos paralizados y la implementación de políticas regulatorias más claras y ágiles. De no hacerlo, advirtió, Ecuador corre el riesgo de perder gran parte de su capacidad petrolera en los próximos años.
Consecuencias económicas y sociales
La crisis petrolera no solo afecta al sector energético, sino que amenaza directamente la sostenibilidad de la dolarización, dado que el petróleo sigue siendo una de las principales fuentes de ingresos fiscales. Una caída prolongada en la producción podría limitar la capacidad del Estado para financiar proyectos sociales, de infraestructura y seguridad, incrementando las tensiones económicas y políticas en el país.
Fuente: El Oriente
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