Ecuador ha logrado un hito relevante en el ámbito tecnológico regional al ingresar al top 10 de Latinoamérica y el Caribe en programación competitiva, gracias a su destacada participación en el concurso internacional IEEEXtreme 2025. Este resultado no es casual: refleja el crecimiento sostenido del talento joven, el fortalecimiento de comunidades universitarias y una apuesta cada vez más clara por la programación como camino hacia el futuro profesional.
Un logro histórico en el IEEEXtreme 2025
El momento clave ocurrió cuando el equipo TryCatch, de la Escuela Politécnica Nacional (EPN), alcanzó el tercer lugar del ranking preliminar regional del IEEEXtreme 2025. Este resultado confirmó que Ecuador no solo participó, sino que compitió al más alto nivel.
La presencia ecuatoriana fue amplia: 312 estudiantes, 121 equipos y 17 universidades participaron en la competencia, casi duplicando las cifras del año anterior. Este crecimiento evidencia un interés acelerado por la programación y una mayor preparación de los estudiantes para enfrentar desafíos internacionales.
¿Por qué la programación es clave para el país?
El auge de la programación se manifiesta en ciudades como Quito, Guayaquil, Cuenca, Loja y Quevedo, donde las universidades están formando comunidades activas de desarrollo tecnológico. Este interés responde a una necesidad estructural del mercado laboral ecuatoriano.
Actualmente, solo el 10 % de la población posee habilidades digitales, según datos del Ministerio de Telecomunicaciones, y el país enfrenta un déficit anual de cerca de 9.000 programadores. A ello se suma una brecha persistente entre la formación académica y las demandas reales de la industria tecnológica, identificada por estudios de la Universidad Politécnica Salesiana.
TryCatch y la cultura técnica de la EPN
El éxito del equipo TryCatch, integrado por estudiantes de quinto semestre de Ingeniería en Computación de la EPN, es el resultado de una preparación rigurosa y colectiva. Su entrenamiento incluyó resolución diaria de problemas, simulaciones cronometradas y sesiones intensivas de algoritmos.
Un aspecto clave fue el trabajo colaborativo con otros equipos de la misma universidad, como Kiubit y PoliBit. Esta dinámica permitió que la EPN lograra ubicar a tres equipos entre los cinco mejores de la región y otro más dentro del top 10, un hecho inédito a nivel latinoamericano.
Black Jackal: competir solo y llegar lejos
Desde la UPS Cuenca, Alan Rodríguez decidió competir en solitario bajo el nombre de Black Jackal. Estudiante de Mecatrónica, demostró que la programación trasciende carreras específicas y se convierte en una habilidad transversal.
Su desempeño lo llevó al sexto lugar regional, enfrentándose a equipos conformados por tres integrantes. Su historia destaca la disciplina individual, la adaptabilidad y la capacidad de sostener alto rendimiento durante 24 horas continuas de competencia.
Pythoneers y el aprendizaje bajo presión en la ESPE
El equipo Pythoneers, de la Universidad de las Fuerzas Armadas ESPE, encontró en el IEEEXtreme una experiencia transformadora. Para sus integrantes, la competencia permitió conocerse mejor bajo presión, optimizar tiempos y reforzar el trabajo en equipo.
Sus integrantes coinciden en que la programación abre oportunidades profesionales dentro y fuera del país, especialmente en áreas como inteligencia artificial, automatización y desarrollo de software.
Cobonautas: amistad y estrategia en la UCE
En la Universidad Central del Ecuador, el equipo Cobonautas demostró que la confianza y la amistad también son ventajas competitivas. Su estrategia, aplicada en las horas finales del concurso, consistió en resolver los problemas con menor tasa de aciertos, lo que les permitió escalar posiciones hasta alcanzar el noveno lugar regional.
Más allá del ranking, el equipo destaca la importancia del apoyo mutuo en escenarios de alta exigencia técnica y emocional.
Un ecosistema universitario que impulsa el talento
El crecimiento de la programación en Ecuador se sostiene en un ecosistema organizado desde las universidades. Los capítulos estudiantiles del IEEE actúan como verdaderos semilleros de talento, promoviendo entrenamientos constantes, hackathones y competencias internas.
Las universidades que destacan comparten características comunes: ambientes competitivos sanos, valoración del aprendizaje colectivo y una visión clara de la programación como herramienta de movilidad social y profesional.
Estrategias que explican el éxito
En la EPN, la constancia, el método y una sólida formación en matemáticas y algoritmos han sido claves. En la ESPE, el liderazgo estudiantil y la articulación con auspiciantes permitieron ampliar la participación. En la UPS Cuenca, la combinación de malla académica sólida, acompañamiento docente y apoyo institucional fortaleció la preparación de los equipos.
Estas estrategias muestran que los buenos resultados no son improvisados, sino fruto de planificación, disciplina y comunidad.
El mercado laboral detrás del boom tecnológico
La creciente demanda de talento digital explica el interés juvenil por la programación. Sectores como software, inteligencia artificial, análisis de datos y ciberseguridad requieren profesionales capacitados, mientras ofrecen mejores salarios, trabajo remoto y proyección internacional.
Expertos coinciden en que la programación será una habilidad transversal en todas las carreras del futuro, y quienes no se adapten quedarán rezagados en el mercado laboral.
Un contraste que revela oportunidades
A pesar de la brecha digital y la falta de una política pública masiva de formación en programación, Ecuador logró posicionar ocho equipos en el top 10 preliminar del IEEEXtreme 2025. Este contraste evidencia que el talento existe, pero requiere mayor apoyo institucional y articulación con la industria.
Lo que viene para la programación en Ecuador
Los resultados oficiales del concurso se conocerán entre febrero y marzo de 2026. Sin embargo, más allá del ranking final, el verdadero desafío será convertir este impulso estudiantil en una estrategia nacional de talento digital.
El futuro dependerá de la capacidad del país para fortalecer la formación tecnológica, vincular a las empresas con las universidades y consolidar a esta generación como motor de competitividad global.
Fuente: El Comercio
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