La reciente Depresión Aislada en Niveles Altos (DANA) ha dejado efectos devastadores en gran parte del país, con 140 fallecidos y daños significativos. Este evento extremo es una nueva llamada de atención sobre las consecuencias del cambio climático, según advierten científicos. Los expertos destacan que el cambio climático podría estar intensificando la frecuencia y gravedad de este tipo de fenómenos, que amenazan con volverse más comunes y destructivos en el futuro.
DANA y cambio climático: Un vínculo creciente
El fenómeno de la DANA, caracterizado por intensas lluvias y repentinas inundaciones, ha sido descrito como un ejemplo de los efectos del cambio climático en los eventos meteorológicos. Sin embargo, varios expertos recalcan la dificultad de asociar directamente un evento específico como la DANA exclusivamente al cambio climático, ya que intervienen diversos factores locales y ambientales. María José Sanz, directora del Centro Vasco de Investigación sobre Cambio Climático (BC3), señala que, aunque aún se deben analizar las condiciones de este evento en particular, existe un consenso de que el cambio climático podría estar aumentando la frecuencia y severidad de fenómenos extremos.
Sanz enfatiza que los estudios globales apuntan a que los eventos meteorológicos extremos, como la DANA, se volverán más comunes. “Lo que sabemos nos puede llevar a pensar que sí, que hay un componente de cambio climático”, señala, añadiendo que este tipo de eventos, que solían ser menos comunes, se están volviendo una constante.
Tormentas más frecuentes e intensas
La profesora Jess Neumann, experta en Hidrología de la Universidad de Reading, añade que el calentamiento global es un factor decisivo que contribuye a la mayor frecuencia de estas tormentas intensas. Según Neumann, el cambio de patrones atmosféricos, como el paso de aire frío sobre el cálido mar Mediterráneo, aumenta la inestabilidad atmosférica, lo que a su vez provoca lluvias torrenciales e intensas. Esto, según Neumann, es un “recordatorio de cómo el clima se está volviendo más caótico debido al cambio climático”.
Además de los factores meteorológicos, Neumann destaca que la ocupación de cauces secos y la expansión urbana en zonas propensas a inundaciones agravan los daños. “Por la manera en que planificamos, nos exponemos más de lo que sería recomendable y precavido”, advierte.
Factores que multiplican los efectos de la DANA
Los expertos señalan que además de los efectos del cambio climático, otros elementos como la orografía y la planificación territorial contribuyen al impacto devastador de fenómenos como la DANA. Las construcciones en zonas cercanas a los cauces y la falta de infraestructuras de mitigación adecuadas incrementan la exposición al riesgo, aumentando así el número de afectados y los costos de los daños.
Según el análisis de Sanz, las barreras físicas y la obstrucción de los cauces naturales pueden hacer que las inundaciones sean aún más destructivas. Por ejemplo, cuando el agua no puede fluir libremente debido a obstáculos humanos, se generan puntos críticos de acumulación que acentúan las inundaciones y prolongan su duración.
Llamado a la acción: Estrategias de adaptación y mitigación
Frente a la creciente incidencia de fenómenos extremos, los científicos y organismos ambientales han reiterado la necesidad urgente de adaptar las infraestructuras y mejorar la planificación urbana para reducir la vulnerabilidad de las poblaciones. Entre las recomendaciones, destacan la implementación de sistemas de alerta temprana, el fortalecimiento de las infraestructuras de drenaje y la limitación de la expansión urbana en zonas de alto riesgo.
Además, las políticas ambientales deben orientarse hacia la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero para mitigar el calentamiento global, una de las principales causas de la inestabilidad climática. Los expertos señalan que estas medidas no solo protegerían a las personas y los bienes materiales, sino que también contribuirían a la preservación de los ecosistemas y a la reducción del impacto económico de estos desastres.
Un futuro incierto
La DANA que ha azotado recientemente a la región representa un desafío ineludible que exige respuestas rápidas y efectivas. Con el cambio climático acelerando la frecuencia de eventos extremos, la sociedad debe prepararse para un futuro donde fenómenos como la DANA serán cada vez más frecuentes y severos.
Los esfuerzos en adaptación y mitigación del cambio climático son ahora más cruciales que nunca. Los científicos llaman a gobiernos, comunidades y empresas a trabajar en conjunto para crear soluciones sostenibles que permitan proteger tanto a las personas como al medio ambiente frente a los efectos cada vez más evidentes del cambio climático.
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