La gastronomía ecuatoriana ha dado pasos firmes hacia su reconocimiento global, pero aún enfrenta desafíos para consolidarse como una potencia culinaria. Pese a contar con productos únicos, cocineros talentosos y una diversidad de sabores incomparable, el país todavía busca la fórmula que le permita conquistar el paladar internacional.
El momento que se dejó escapar
Durante el auge de la gastronomía latinoamericana, Ecuador no logró proyectar su cocina como lo hizo Perú. Según el chef Luis Estrella, el país tenía la materia prima y la riqueza cultural, pero faltó apoyo institucional y visión. Mientras los peruanos consolidaban un movimiento colectivo liderado por figuras como Gastón Acurio, Ecuador atravesaba una crisis económica que frenó el impulso.
Gastronomía ecuatoriana y su potencial mundial
Los productos ecuatorianos —como el verde, el maíz, la papa, el cacao y los camarones— poseen una versatilidad enorme para sostener una cocina de nivel internacional. Platos emblemáticos como el ceviche, el bolón, el hornado y el encebollado podrían triunfar globalmente si se construye un relato coherente y formatos exportables. El reto está en lograr que el público extranjero asocie estos sabores con una identidad clara y atractiva.

La falta de unión en el gremio culinario
Uno de los grandes obstáculos es la escasa colaboración entre los propios cocineros. Mientras en Perú se trabajó colectivamente para posicionar su gastronomía, en Ecuador predomina la competencia individual. En ciudades como Guayaquil ya se observan esfuerzos de cohesión, pero en otras regiones aún se necesita más articulación entre chefs, instituciones y eventos gastronómicos.
Embajadores del sabor ecuatoriano
Algunos restaurantes y chefs destacan como representantes del país: Nuema con Alejandro Chamorro y Pía Salazar, reconocida como la mejor pastelera del mundo; Quitu, liderado por Juan Sebastián Pérez; Tributo, del chef Luis Maldonado; 3500, de Alejandro Huertas; y Simpar, con Claudia Merchán, quien obtuvo una estrella Michelín en España. Estos nombres demuestran que el talento ecuatoriano tiene potencial de sobra para brillar globalmente.
La ausencia de una estrategia nacional para impulsar la gastronomía ecuatoriana
Expertos coinciden en que el país carece de una estrategia nacional que integre al Estado, la empresa privada y la academia. Mientras otros países han utilizado la gastronomía como herramienta de diplomacia y turismo, en Ecuador las políticas han sido fragmentadas y sin continuidad. Una marca país sólida, coherente y enfocada en la cocina sería un paso crucial para ganar presencia internacional.
Formación y visión: los pilares del cambio
El fortalecimiento de la educación gastronómica es clave. Se necesita una formación que vaya más allá de la operación culinaria e incluya investigación, gestión, sostenibilidad y comunicación. Solo así los chefs podrán convertirse en embajadores capaces de dialogar con el mundo sin perder su identidad.
Una nueva generación que cree en el sabor del Ecuador
Hoy, una camada de cocineros jóvenes impulsa un cambio de mentalidad. Restaurantes como 3500 muestran que es posible combinar técnica, tradición y orgullo nacional. La meta es clara: que Ecuador se crea merecedor de un lugar entre las grandes cocinas del planeta. La unión entre chefs, instituciones y el Estado puede convertir esa aspiración en una realidad.
El Ecuador tiene una promesa que huele a cacao, sabe a encocado y se siente en cada plato: cuatro mundos en un solo bocado.
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