La reciente denuncia de la ONG Fundamedios sobre la infiltración de agentes policiales en grupos privados de periodistas en Ecuador ha encendido las alarmas sobre el respeto a la libertad de expresión y el derecho a la privacidad. Estos hechos ocurren en un contexto marcado por el incremento de torturas, desapariciones y ejecuciones extrajudiciales en el marco del conflicto armado interno.
Periodistas alertan sobre infiltración policial
El caso salió a la luz cuando Benito Bonilla, administrador de un grupo de prensa, identificó a un sargento de la Policía Nacional infiltrado como periodista. Posteriormente se detectó la presencia de al menos otros dos agentes encubiertos en varios chats informativos. Según Fundamedios, estos hechos constituyen una grave vulneración a la labor periodística y ponen en riesgo el secreto profesional.

Una red de vigilancia encubierta
En una audiencia comunitaria se revelaron testimonios que apuntan a la existencia de una red de vigilancia estatal. Bajo seudónimos y con estructuras de mando, agentes habrían operado a través de un chat denominado “Asadero del cuy”, donde se coordinaba el seguimiento a líderes sociales como Leonidas Iza.
Respuesta del Gobierno y silencio oficial
Consultada por medios internacionales, la vocera presidencial Carolina Jaramillo rechazó dar credibilidad a la información, argumentando que los datos obtenidos no cuentan con un procedimiento judicial que confirme su veracidad. A pesar de las insistencias, el Gobierno no ha detallado qué medidas se han tomado para evitar abusos policiales ni ha respondido sobre la permanencia de los agentes en chats de prensa.
Informe de Estados Unidos y denuncias de abusos
El Departamento de Estado de EE.UU. publicó un informe en el que documenta ejecuciones extrajudiciales, torturas, desapariciones forzadas y restricciones a la libertad de prensa en Ecuador. Aunque el Gobierno minimizó estas denuncias, las cifras son preocupantes: entre 2023 y 2024 las denuncias por tortura se cuadruplicaron y los casos de desapariciones y ejecuciones ilegales también aumentaron significativamente.
Testimonios de tortura y desapariciones
Una investigación conjunta de medios independientes reveló prácticas de tortura, como el uso del “submarino seco”, aplicado por militares bajo presión de mostrar resultados. Además, se documentaron desapariciones de personas detenidas en operativos irregulares, algunas de las cuales fueron halladas sin vida.
Falta de preparación en el contexto de guerra interna
Expertos advierten que ni las Fuerzas Armadas ni la Policía cuentan con protocolos adecuados para enfrentar un conflicto armado interno. La ausencia de inteligencia operativa ha derivado en aprehensiones arbitrarias y abusos que recuerdan los “falsos positivos” ocurridos en Colombia.
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