El informe más reciente de la encuesta ‘Quito Cómo Vamos’ revela un panorama mixto sobre la situación económica y de seguridad en la capital ecuatoriana. Los datos destacan que los jóvenes de entre 18 y 25 años son los que más han experimentado mejoras económicas en los últimos años, mientras que los mayores de 46 años son los más afectados por el declive de su situación financiera. Además, la percepción de seguridad en la ciudad muestra preocupantes cifras, aunque existe un notable apoyo a la justicia independiente.
Mejoras económicas en los jóvenes
Según el informe, el 74% de los jóvenes de 18 a 25 años afirmaron haber visto mejoras en su economía en el último tiempo, lo que indica un panorama positivo en cuanto a oportunidades laborales o ingresos para este grupo de edad. Esto contrasta con el 60% de los individuos de entre 26 y 45 años que también reportaron mejoras, aunque en menor medida. Estos datos sugieren que los jóvenes están accediendo a nuevas fuentes de ingresos o trabajando en sectores que han prosperado en los últimos años, lo que les ha permitido una mejora en sus condiciones económicas.
Enfrentando la crisis económica: la clase media baja y los mayores de 46 años
Por otro lado, los mayores de 46 años han experimentado un significativo deterioro económico. El 54% de las personas en este grupo etario mencionan que su situación ha empeorado, lo que podría estar relacionado con la falta de adaptación a los cambios en el mercado laboral o las dificultades para acceder a trabajos bien remunerados en una ciudad que enfrenta desafíos económicos.
En cuanto a las clases sociales, las cifras reflejan una clara disparidad. La clase alta ha experimentado un aumento en sus ingresos en un 23%, y la clase media un 14%. Sin embargo, la clase media baja solo ha mejorado su situación en un 11%, mientras que la clase baja ha sido la más afectada, con un 60% reportando un empeoramiento de su situación económica. Este último dato resalta la creciente desigualdad económica que afecta a los sectores más vulnerables de la ciudad.
Expectativas para el futuro
A pesar de las dificultades económicas actuales, un 57% de los quiteños mantiene una visión optimista respecto al futuro. Confían en que su situación financiera mejorará en los próximos años, lo que podría ser un reflejo de la resiliencia de la población frente a las crisis y su esperanza en políticas económicas más efectivas o en el auge de sectores productivos.
Preocupaciones sobre la seguridad
La seguridad sigue siendo una preocupación importante para los habitantes de Quito. Solo el 16% de los encuestados considera a la ciudad como “muy insegura”, mientras que un 42% la clasifica como “insegura”. Sin embargo, un 37% opina que Quito es “segura”, y un 4% la califica como “muy segura”. Estos números sugieren que, aunque la ciudad ha sido percibida con un nivel de inseguridad creciente, un porcentaje considerable de la población aún se siente relativamente protegida en su entorno.
Desconfianza en las instituciones y apoyo a la justicia por mano propia
A pesar de las preocupaciones sobre la seguridad, el 71% de los ciudadanos optan por no denunciar actos delictivos, lo que podría indicar desconfianza en las autoridades o el temor a represalias. Este dato resalta la falta de fe en las instituciones encargadas de garantizar el orden y la justicia en la ciudad. En contraste, el 87% de los quiteños apoya la idea de que la justicia sea aplicada por mano propia, lo que refleja un creciente descontento con la capacidad del sistema judicial para garantizar la seguridad de los ciudadanos.
La encuesta ‘Quito Cómo Vamos’ muestra un panorama complejo en cuanto a la economía y seguridad de la capital ecuatoriana. Mientras que los jóvenes y las clases más altas han visto mejoras económicas, la clase baja y los mayores de 46 años se enfrentan a un escenario desafiante. Por otro lado, la percepción de inseguridad y la desconfianza en las instituciones continúan siendo problemáticas significativas, lo que refleja un creciente malestar social que podría incidir en las políticas públicas y en la estabilidad de la ciudad.
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