Quito y Guayaquil se disputan el protagonismo económico. Analizamos cuál de las dos ciudades lidera en oportunidades laborales formales.
En las empresas del conglomerado urbano de Quito, que abarca el Distrito Metropolitano de Quito y los cantones Mejía, Rumiñahui, Cayambe y Pedro Moncayo, labora un promedio mensual de 950,370 personas con empleos formales. Esta información según el registro del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS).
Estos trabajadores tienen un salario mensual promedio de $941.83, ubicándose en el sexto lugar entre los 221 cantones con los salarios más altos del país. La tasa de empleo formal es de 313 personas por cada mil habitantes. Además, es influenciada por la legislación laboral que establece sueldos mínimos más altos para los empleados públicos en comparación con el sector privado.
Quito, como capital nacional, concentra un considerable número de empleados en la administración pública, defensa y seguridad social. De esta manera, se convierte en el tercer sector más importante en generación de empleo formal, superado solo por el comercio y las industrias manufactureras.
A pesar de estos datos, se observa una disminución del 6.4% en el número promedio de personas empleadas por mes, pasando de 1,015,122 en 2019 a 950,370 en 2022.
Por otro lado, las empresas en el conglomerado de Guayaquil, que incluye Durán, Samborondón, Daule, Nobol y Yaguachi, emplean un promedio mensual de 754,704 personas. En comparación con Quito, la tasa de empleo formal en Guayaquil es de 218 personas por cada mil habitantes, con un salario promedio mensual de $778.83, situándose en el puesto 34 entre los cantones del país.
El peso económico y oportunidades laborales de Guayaquil
Guayaquil, considerada la capital económica del país, ha cambiado desde la crisis de 1999 y la quiebra de instituciones financieras en la Costa. La informalidad es más común en Guayaquil, especialmente en el comercio.
En el siglo XXI, Quito ha experimentado un auge empresarial respaldado por el sector público durante el correísmo (2007-2017), representando el 45% del PIB en 2014. La elaboración y conservación de productos del mar, el cultivo de frutas tropicales y la acuicultura son empleos formales, que destacan en Guayaquil. Mientras que en la ciudad conocida como “la carita de Dios”, destacan los cultivos de plantas no perennes, la seguridad privada y la administración pública.
La competencia económica entre Quito y Guayaquil se percibe como positiva, ya que dinamiza la economía y crea más oportunidades laborales. Se ha planteado la posibilidad de regímenes laborales más flexibles para fomentar la contratación formal y reducir la informalidad.
Por otro lado, la construcción de edificios demanda más personal en Quito con 17.945 personas empleadas cada mes, al igual que la regulación de los organismos sanitarios, educativos, culturales y las actividades de consultoría técnica. Estas últimas están vinculadas al dinamismo que genera el sector público concentrado en la capital nacional. “Quito tiene un mayor dinamismo en construcción, con muchos proyectos residenciales”, indica Ycaza.
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