Contexto del Crimen
Han transcurrido más de nueve meses desde el brutal asesinato de Ayme Janeth Solórzano Montecé, quien fue abatida con cinco disparos, incluyendo uno en el rostro, por sicarios en moto en el suroeste de Guayaquil. El caso ha generado una profunda consternación en su familia, quienes aún no encuentran consuelo. A pesar del tiempo transcurrido, los responsables del crimen, tanto el autor intelectual como el conductor del vehículo y el ejecutor de los disparos, continúan en libertad.
El Femicidio de Ayme
Ayme, de 29 años, se convirtió en la primera víctima de femicidio en Ecuador en 2024. Este crimen, que ocurrió el 3 de enero, es particularmente perturbador debido a la forma en que se ejecutó. Aunque el asesinato intentó ser presentado como un caso de delincuencia común, en realidad se trata de un femicidio. La víctima se encontraba en el exterior del domicilio que alquilaba cuando el ataque tuvo lugar.
Responsables y Justicia
Los seres queridos de Ayme sostienen que el autor intelectual del asesinato es Steveen Martínez, su expareja y padre de sus hijos. A pesar de las pruebas y las evidencias que apuntan a Martínez, los esfuerzos por llevar a los responsables ante la justicia han sido infructuosos. La familia de Ayme sigue a la espera de que el caso se aclare y que los responsables enfrenten las consecuencias de sus actos.
Implicaciones Legales
El femicidio está tipificado en el artículo 141 del Código Orgánico Integral Penal (COIP), que establece que el responsable será sancionado con una pena privativa de libertad de 22 a 26 años. Sin embargo, hasta la fecha, no se ha logrado concretar ninguna detención.
Relato Familiar
El día del crimen, Ayme salió de su casa tras recibir un mensaje de Martínez, con quien estaba separada desde hacía dos meses. Según sus familiares, él le habría solicitado que saliera a recoger dinero para los niños. En ese momento, dos hombres en una motocicleta aparecieron y uno de ellos le disparó.
La hermana de Ayme recuerda con dolor: “Mi hermana intentó correr, pero no pudo escapar. Él la había amenazado de muerte, pero nunca pensamos que cumpliría su amenaza. Había puesto una boleta de auxilio; ese hombre era muy celoso y la maltrataba verbalmente, físicamente y psicológicamente. No hay detenidos hasta ahora”.
Esta tragedia subraya la urgente necesidad de justicia y la importancia de abordar de manera efectiva los casos de femicidio.
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