La intención de mejorar la calidad del transporte público en Quito ha quedado solo en una intención. En 2021, la tarifa subió de 0,25 a 0,35 centavos, previa promesa de cumplir con al menos 40 indicadores de calidad establecidos por la entonces Secretaría de Movilidad. Sin embargo, los usuarios no han visto un cambio positivo en el servicio.
“Los correteos siguen, el trato al pasajero es malo y la mayoría de unidades no son accesibles para personas con movilidad reducida. Alguien con muletas, bastón o una mujer embarazada no puede subir o bajar sin pensar en caerse o golpearse por la velocidad a la que van los buses y el desorden en el que van los pasajeros”, dice Daniela Benalcázar, de 26 años.
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Además de esto, la joven menciona que el tráfico en hora pico es ‘intenso’. A diario toma dos buses para llegar a su trabajo desde el valle de Los Chillos. Solo el trayecto desde su casa hasta El Trébol, por la autopista General Rumiñahui, le puede tomar entre 40 y 45 minutos cuando hay congestión, y de ahí llegar a su oficina, en el hipercentro de la ciudad, otros 30 minutos.
Mauricio Raura lamenta que más de una hora diaria le tome viajar en transporte público. En un trayecto que sin tráfico le tomaría 20 minutos, en horas pico llega hasta los 55 minutos. Va desde Turubamba, en el sur, hasta la 12 de Octubre, en el centro-norte. Recuerda que desde que se incrementó el pasaje, el servicio sigue exactamente igual y persisten problemas como el maltrato al usuario, buses descuidados y sucios, y accidentes debido a los correteos.
Con Benalcázar y Raura coinciden un 43% de quiteños que piensan que el transporte público quito en la capital es deficiente, de acuerdo con una encuesta realizada por Ipsos. La encuesta también revela que un 56% considera que el tráfico en horas pico es muy congestionado.
Para Fernando Cabrera, de 35 años, la entrada en operación del Metro de Quito en diciembre de 2023 contribuyó a que, por ejemplo, los buses vayan con menos personas. Lo que no ha cambiado, dice, es el tiempo de viaje. Pensó que al circular menos unidades en las vías, la congestión bajaría, pero según su percepción, esto no ha ocurrido, incluso el fin de semana. Llegar a su casa en Turubamba, en el sur, desde el Quicentro norte le toma, en el mejor de los casos, 50 minutos.
Las medidas adoptadas por el Municipio para contrarrestar el tráfico tampoco convencen a los quiteños. Un 58% de encuestados por Ipsos las considera inefectivas, mientras que para un 42% no son muy efectivas. Cabrera señala que los contraflujos y el pico y placa no cumplen su objetivo de disminuir la carga vehicular; por el contrario, en horas pico la ciudad es más caótica.
Cristóbal Buendía, del Observatorio Ciudadano de Movilidad, menciona que tres años después del aumento de la tarifa del pasaje, la situación es “exactamente la misma” y la tan anhelada mejora en el transporte nunca se concretó. “Los pasajeros se siguen demorando lo mismo que antes para trasladarse de un lugar a otro. El nivel de ocupación por metro cuadrado en las unidades es el mismo, y la percepción del ciudadano sobre el trato al usuario todavía es negativa”, sostiene Buendía. Por ello, califica como un ‘fraude’ al usuario el aumento de la tarifa desde 2021.
Inseguridad en los Buses
La inseguridad en el transporte público quito es otra de las preocupaciones de los quiteños. La encuesta de Ipsos muestra que un 40% se siente muy inseguro en los buses convencionales que circulan en la ciudad. Romina Erazo, de 26 años, afirma que se siente insegura debido a los robos. Recuerda que hace más de tres meses le arrebataron el celular mientras el bus iba por el sector de San Juan, en el centro-norte. No era la primera vez que le ocurría; en dos años le quitaron tres teléfonos.
Recientemente, la Policía detuvo a un hombre en el centro de Quito. Los agentes se percataron de que los pasajeros de un bus, que iba por el Mercado Central, estaban alarmados. Tres hombres trataron de huir, pero uno fue detenido. Le encontraron dos celulares de alta gama cuya procedencia no pudo justificar. Un joven se acercó a los uniformados y les dijo que el detenido lo amenazó con un cuchillo para quitarle sus pertenencias. Al resistirse, lo golpeó hasta arrebatarle el teléfono.
Jorge Yánez, dirigente del transporte urbano, señala que en los últimos seis meses la inseguridad ha recrudecido. Aunque no tiene cifras exactas del incremento, menciona que a diario los conductores reportan algún tipo de incidente relacionado con robos o asaltos en las unidades. Esto ha provocado que prácticamente a las 19:00 la ciudad esté desolada. “Antes trabajábamos hasta las 21:00 o 22:00 porque había usuarios, ahora a las 19:00 hay pocas personas y, por tanto, ya no tenemos pasajeros”, dice Yánez. Agrega que “no tienen todas las garantías para trabajar” y que, pese a los esfuerzos de la Policía, la institución no cuenta con suficientes efectivos para atender los constantes robos.
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