La vicepresidenta de Ecuador, Verónica Abad, atraviesa una etapa de tensión política y personal después de haber sido destinada a Turquía por el presidente Daniel Noboa. En medio de una crisis política interna, Abad ha acusado al mandatario de intentar forzar su renuncia, lo que ha generado controversia en el panorama político ecuatoriano.
El conflicto entre Abad y Noboa
La relación entre el presidente Daniel Noboa y su vicepresidenta ha sido tensa desde su sorpresiva victoria en la primera vuelta electoral. Según Abad, su traslado a Israel, primero, y luego a Turquía, es una clara maniobra política para aislarla y evitar que asuma la presidencia interina en 2025. Una obligación constitucional cuando Noboa se postule para la reelección. Abad ha afirmado públicamente: “Lo único que falta es que me quiten la vida”, refiriéndose a las acciones del Gobierno para neutralizar su influencia política.
Destinada a Israel: Una misión con poco impacto
En un primer intento de debilitar la posición de Abad, el presidente la envió a Israel en una misión de “mediación” entre Israel y Palestina. Una tarea que la vicepresidenta describe como absurda, dado el limitado peso que Ecuador tiene en el conflicto de Medio Oriente. Noboa llegó a declarar que tenía cientos de opciones para destinar a su vicepresidenta, insinuando que podría haberla enviado incluso a la Antártida, pero que, en un acto magnánimo, eligió Israel. No obstante, la intención de esta medida, según Abad, fue presionarla para que renunciara a su cargo.
De Israel a Turquía: Un segundo intento de aislamiento
En agosto, cuando la situación en Gaza empeoraba, la Cancillería ecuatoriana recomendó a sus ciudadanos abandonar el país por razones de seguridad. Sin embargo, Abad recibió la orden de trasladarse a Turquía. La vicepresidenta señaló que su nuevo destino es otra táctica para silenciarla y aislarla políticamente. Según ella, el Gobierno busca impedir que se pronuncie sobre asuntos de política interna y del conflicto entre Israel y Palestina, restringiendo aún más sus funciones.
Abad ha asegurado que su traslado a Turquía no fue adecuadamente preparado y que no se le han asignado funciones específicas. Además, criticó el manejo del Gobierno, afirmando que su traslado responde a presiones políticas para que dimita de su cargo. “No tengo funciones. Lo que han hecho es ponerme al otro lado del conflicto”, declaró Abad en una entrevista reciente.
Acusaciones de intento de golpe de Estado
El presidente Noboa ha acusado a Abad de intentar organizar un golpe de Estado. Después de que la vicepresidenta presentara denuncias de violencia política de género contra él y otros funcionarios. Estas denuncias, que incluyen una solicitud de destitución del presidente, han agravado aún más la relación entre ambos. Abad ha reiterado que las pruebas de sus denuncias son públicas y ha calificado las acciones de Noboa como un intento desesperado por evitar que asuma el cargo temporalmente durante la campaña electoral.
La perspectiva de Verónica Abad sobre su futuro político
Ante la posibilidad de asumir la presidencia interina en 2025, Abad se ha comprometido a garantizar un proceso electoral transparente y justo. Aunque sus funciones podrían ser limitadas por el contexto político actual, Abad ha asegurado que su prioridad será no permitir el mal uso de los recursos públicos y la estructura estatal durante la campaña de reelección de Noboa.
En cuanto a su relación con el Gobierno, Abad ha expresado que su enfoque estará en hacer los ajustes necesarios para asegurar la imparcialidad del proceso. Criticó el enfoque actual del Gobierno, señalando que la campaña política ha distraído al Ejecutivo de temas clave como la seguridad y la crisis energética en Ecuador.
El destino incierto en Turquía
Abad ha manifestado su preocupación sobre las condiciones que enfrentará en Turquía, destacando la falta de información sobre las razones detrás de su traslado. A pesar de las dificultades y las presiones políticas, la vicepresidenta ha dejado claro que no planea renunciar, afirmando que seguirá cumpliendo con su deber constitucional.
La situación de Verónica Abad refleja una profunda crisis política en Ecuador, donde las tensiones entre el Ejecutivo y la Vicepresidencia continúan escalando, mientras el país se prepara para un futuro incierto en el contexto de las elecciones de 2025.
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