La violencia en Manta por vacío de Choneros ha escalado dramáticamente tras la captura de líderes clave, transformando esta ciudad portuaria en un territorio de guerra entre facciones rivales. Con 344 asesinatos registrados hasta septiembre, el distrito policial de Manta superó el récord de muertes violentas de 2024, confirmando que la crisis de seguridad no disminuyó después de las detenciones de alto perfil.
La recaptura de José Adolfo Macías Villamar, alias Fito, el 25 de junio de 2025, seguida por la detención de su mano derecha Darío Javier Peñafiel Nieto, alias Topo, el 13 de septiembre en Tena, marcó un punto de inflexión. Sin embargo, lejos de pacificar la región, estas capturas intensificaron los enfrentamientos territoriales.
Fragmentación Criminal Genera Mayor Violencia
Topo mantenía vínculos con el grupo disidente de las FARC conocido como Frente Carolina Ramírez y lideraba la facción Choneros-Fatales. Enfrentaba dos órdenes de captura por tráfico de armas y asesinato, incluyendo la muerte de un agente policial en Lago Agrio. Su sentencia de 34 años y 8 meses, además de ser solicitado por la Corte de Justicia de Nueva York, lo convertía en el principal candidato para asumir el liderazgo tras la eventual extradición de Fito.
Por tanto, la caída de ambos líderes dejó un vacío que ha sido aprovechado por Los Lobos, Los Fatales y grupos emergentes como Los Pepes. En consecuencia, la violencia se ha intensificado, con matanzas como la ocurrida en julio pasado, cuando 19 personas fueron asesinadas en Manta.
Los Lobos Diversifican Operaciones y Buscan Control Territorial
El experto en inteligencia Mario Pazmiño advierte que «Los Lobos se han vuelto más sofisticados, diversificando sus economías criminales». Según fuentes policiales, Jhony Lutgardo Mera Mera, alias Chumado, vinculado al Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), estaría detrás de ataques contra la familia de Fito en Manta.
Además, su objetivo sería desestabilizar el dominio de Los Choneros, aliados del Cártel de Sinaloa, y tomar el control de las rutas costeras del narcotráfico. Igualmente, la guerra territorial entre Los Choneros y Los Lobos se ha intensificado, con masacres atribuidas a ambos bandos.
Los Pepes: Nuevo Actor con Respaldo Externo
El experto en seguridad Wagner Bravo señala que la fragmentación de las bandas ha generado una «atomización del crimen». Los grupos menores y disidentes buscan posicionarse en territorios estratégicos como el puerto de Manta, clave para el tráfico de cocaína hacia Centroamérica y Europa.
Uno de esos grupos emergentes es Los Pepes, conformado por disidentes de otras bandas y con vínculos con Los Lobos. Este grupo se ha atribuido ataques armados como el ocurrido en julio en un night club de Manta, donde cinco personas fueron asesinadas y se dejó un panfleto con su firma.
De acuerdo con el general Freddy Sarzosa, Los Pepes buscan controlar el narcotráfico en Manabí y han sido responsables de varias masacres recientes. Asimismo, se les atribuye el uso de armamento pesado, panfletos intimidatorios y el reclutamiento de menores.
La Violencia en Manta por Vacío de Choneros: Fragmentación Institucional
El director del Observatorio Ecuatoriano de Crimen Organizado (OECO), Renato Rivera, advierte que «la captura de líderes no desmantela estructuras, sino que las descentraliza». Explica que «la violencia se ha territorializado, y ahora los conflictos se resuelven con más sangre porque no hay una jerarquía clara que imponga reglas».
Por otra parte, la investigadora en seguridad ciudadana María Patricia Lucas indica que «la falta de inversión en tecnología de vigilancia, como cámaras en barrios periféricos, limita la capacidad de respuesta del Estado». También añade que «la impunidad alimenta la violencia», precisando que «más del 80% de los homicidios en Manta no tienen responsables identificados».
Hugo Acero, experto colombiano en seguridad, defensa y justicia, sostiene que «la corrupción institucional es el principal obstáculo. Si no se convierte a jueces, fiscales y policías en actores honestos, cualquier estrategia será solo maquillaje».
Sucesión Criminal y Perspectivas Futuras
Según investigaciones policiales, los posibles sucesores de Fito incluyen a Ronal Javier Macías Villamar (alias Javi), hermano de Fito; Adolfo Jair Macías Peñarrieta (alias Fito Junior), hijo del líder capturado; y Celso Miguel Moreira Heredia (alias Patucho), narcotraficante con experiencia logística.
Para Wilson Goyes, coronel en servicio pasivo del Ejército, la captura de líderes tiene efectos inmediatos, pero no necesariamente duraderos. «La captura de estos líderes de alto perfil interrumpe la cadena de mando, dificulta la coordinación de operaciones y genera desorganización momentánea».
No obstante, estas organizaciones pueden fragmentarse o vivir luchas internas por el control, lo que aumenta la violencia. El caso de Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán es ilustrativo: tras su captura definitiva en 2016, el Cártel de Sinaloa no desapareció.
Finalmente, la violencia en Manta por vacío de Choneros representa un desafío complejo que requiere estrategias integrales. Mientras tanto, la ciudad portuaria sigue siendo escenario de una guerra criminal que ha cobrado cientos de vidas y amenaza la estabilidad regional.