El fuerte invierno que azota al Ecuador ha desencadenado una crisis humanitaria y estructural sin precedentes en los últimos años. Hasta el 6 de abril de 2025, la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos (SNGR) reporta 34 personas fallecidas, 111 heridos y 136.537 personas afectadas, en un escenario marcado por deslizamientos de tierra, inundaciones, destrucción de viviendas y colapso de infraestructura clave en todo el territorio nacional.
Damnificados y desplazados: rostros del dolor en todo el país
Según el reporte oficial, el temporal ha impactado directamente a 39.568 familias, de las cuales 9.519 se encuentran en condición de damnificadas. De esta cifra, 26.581 personas han perdido parcialmente sus bienes o se han visto obligadas a abandonar sus hogares. El drama humano se intensifica con más de 600 personas evacuadas a albergues temporales, en especial en zonas como el cantón Milagro (Guayas), donde las aguas anegaron el centro comercial y múltiples barrios residenciales.
En Loja, la situación ha sido crítica. En la comuna Lauro Guerrero, cantón Paltas, un deslizamiento de tierra provocó la muerte de tres personas, dejó a 24 familias damnificadas, destruyó 17 viviendas y causó heridas a otras tres personas. Este evento refleja la vulnerabilidad de las zonas rurales del país ante fenómenos naturales intensificados por el cambio climático.
Viviendas destruidas y familias sin hogar
La SNGR ha contabilizado hasta la fecha 41.990 viviendas afectadas y 252 totalmente destruidas. Muchas familias han perdido no solo sus hogares, sino también sus medios de vida. Las provincias más golpeadas como Manabí, Guayas, Los Ríos y Esmeraldas presentan una combinación peligrosa de viviendas precarias, suelos inestables y falta de planificación urbana, lo que ha agravado los efectos de las lluvias torrenciales.
En Manabí, se reportan 60.735 personas afectadas, 7 muertos, 21.941 damnificados, 40 viviendas destruidas y más de 23.000 afectadas. Guayas, por su parte, presenta 3 fallecidos, 26.385 personas afectadas, y 12 viviendas destruidas.
Infraestructura colapsada: vías, puentes y escuelas entre los daños
El daño a la infraestructura pública ha sido considerable. Hasta ahora se han registrado:
- 114,68 km de vías afectadas, incluidos tramos de primer, segundo y tercer orden.
- 40 puentes afectados, de los cuales 15 colapsaron.
- 213 bienes públicos dañados y 54 completamente destruidos.
- 319 bienes privados afectados y 32 destruidos.
El sistema educativo también ha sufrido estragos. Se reportan 85 unidades educativas afectadas y 572 con daño funcional, lo que ha interrumpido el ciclo escolar para miles de estudiantes, especialmente en zonas rurales y de difícil acceso.
Agricultura y ganadería en emergencia
El impacto sobre el agro es devastador. De acuerdo con la SNGR:
- 8.557,32 hectáreas de cultivo han sido afectadas.
- 18.249,02 hectáreas de cultivo se han perdido por completo.
- En ganadería, 50.522 animales fueron afectados y 62.585 murieron.
Estas cifras reflejan una amenaza seria para la seguridad alimentaria del país, especialmente en comunidades que dependen de la producción agrícola para su subsistencia y economía local.
Más de 2.400 eventos adversos registrados
Desde el 1 de enero hasta el 6 de abril de este año, se han contabilizado 2.458 eventos adversos en 24 provincias, 202 cantones y 728 parroquias. Entre los más recurrentes están:
- Deslizamientos (40,44%)
- Inundaciones (38,15%)
- Colapso estructural (6,18%)
- Socavamientos (5,37%)
- Vendavales (4,14%)
- Aluviones (3,20%)
Estos eventos han intensificado la presión sobre los gobiernos locales, los servicios de emergencia y la capacidad de respuesta nacional.
Mapeo de alertas por provincias
Ante la magnitud de la emergencia, la SNGR ha declarado:
- Alerta Roja en: El Oro, Esmeraldas, Guayas, Manabí, Los Ríos y Santa Elena.
- Alerta Amarilla en: Azuay, Bolívar, Chimborazo, Cotopaxi, Loja y Santo Domingo de los Tsáchilas.
- Alerta Naranja en las 12 provincias restantes, incluyendo Pichincha.
Estas medidas buscan optimizar la movilización de recursos, establecer protocolos de evacuación y garantizar atención prioritaria a las zonas más afectadas.
Llamado a la solidaridad y respuesta gubernamental
Frente al dolor de miles de familias, las autoridades han hecho un llamado urgente a la solidaridad nacional, a la vez que se han activado recursos de emergencia, albergues, brigadas médicas y campañas de recolección de ayuda humanitaria. Sin embargo, muchas comunidades han denunciado la lentitud en la llegada de asistencia, lo que pone en evidencia la necesidad de fortalecer la capacidad de respuesta estatal frente a desastres naturales.
Fuente: El Universo
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