La discusión del proyecto de Ley de Inteligencia en Ecuador ha generado una intensa controversia en distintos sectores del país. Desde organizaciones de derechos humanos hasta actores políticos, muchas voces han alertado sobre los riesgos que implica la implementación de esta normativa sin adecuados mecanismos de control. Aunque su objetivo declarado es regular las actividades de inteligencia y contrainteligencia, la propuesta plantea serias dudas sobre el respeto a los principios constitucionales.
Preocupación por designación de autoridades sin perfil técnico
Uno de los puntos más debatidos del proyecto de Ley de Inteligencia en Ecuador es la posibilidad de que cargos estratégicos sean ocupados por personas sin formación especializada. De acuerdo con el borrador legislativo, basta tener nacionalidad ecuatoriana y gozar de derechos políticos para asumir funciones directivas. Esta omisión de criterios técnicos profundiza el temor de que la inteligencia estatal pueda ser manipulada políticamente.
Uso de fondos reservados sin supervisión adecuada
El manejo de los recursos asignados a operaciones de inteligencia representa otro foco de inquietud. Según el proyecto, los gastos especiales se incluirán en el Presupuesto General del Estado, pero su ejecución será confidencial. La Contraloría General podrá revisarlos, aunque deberá destruir los informes posteriormente, dificultando cualquier auditoría posterior. Así, se limita el control público y se amplía la posibilidad de abusos.

Selección de personal sin lineamientos claros
El texto tampoco define estándares para la contratación del personal que integrará los servicios de inteligencia. Expertos en seguridad nacional han advertido que el proyecto de Ley de Inteligencia en Ecuador carece de criterios objetivos para garantizar un cuerpo técnico profesional, libre de influencias políticas. Se ha recomendado establecer una carrera especializada, evitar nombramientos ocasionales y aplicar filtros rigurosos de idoneidad.
Exigencia de entrega de datos sin protección judicial
Un aspecto particularmente delicado es la obligación impuesta a ciudadanos y organizaciones de entregar información requerida por los organismos de inteligencia. Esta medida, contenida en el proyecto de Ley de Inteligencia en Ecuador, carece de garantías claras para proteger los derechos fundamentales. Periodistas, defensores de derechos humanos y empresas privadas han expresado su preocupación sobre el posible acceso a información sensible o confidencial.
Intervención de datos sin orden judicial previa
También se contempla la posibilidad de acceder a datos técnicos por parte de las operadoras móviles sin una orden judicial. Aunque las autoridades insisten en que no se trataría del contenido de las comunicaciones, la ambigüedad legal incrementa el riesgo de interpretaciones abusivas. La ausencia de una cláusula explícita que impida el uso de la inteligencia con fines políticos es otra omisión grave.
Llamado a construir una normativa con garantías y controles
Pese a la necesidad real de establecer un marco normativo para la inteligencia, diversos actores sostienen que el proyecto de Ley de Inteligencia en Ecuador requiere correcciones profundas. Se necesita una ley equilibrada, que fortalezca la seguridad nacional sin erosionar derechos civiles ni libertades fundamentales. El debate legislativo debe incorporar salvaguardias jurídicas sólidas que impidan excesos y garanticen transparencia institucional.
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