En el contexto político ecuatoriano, uno de los casos más comentados ha sido el de Augusto Verduga, un exconsejero del Consejo de Participación Ciudadana (CPCCS), quien, pese a su aparente cercanía con la Revolución Ciudadana. No logró cumplir su sueño de ser candidato presidencial. A pesar de contar con un importante respaldo electoral, Verduga se vio desplazado por las decisiones internas del movimiento liderado por Rafael Correa y Luisa González. Este episodio ha dejado en evidencia las tensiones internas de la Revolución Ciudadana y el descontento de algunos de sus miembros más cercanos.
La lucha por el poder y el desdén hacia Verduga
Verduga fue uno de los candidatos más votados en las elecciones del CPCCS de 2023, con casi dos millones de votos, un número que superó ampliamente a otros candidatos de la ‘liga azul’. Como Alembert Vera. A pesar de este apoyo popular, no logró obtener el puesto que deseaba, y mucho menos su meta final. Ser candidato presidencial de la Revolución Ciudadana.
Según los chats que formaron parte del expediente del caso Ligados , Verduga intentó utilizar su posición en el CPCCS como trampolín para alcanzar la presidencia, o al menos, un puesto en la fórmula presidencial. Sin embargo, a pesar de sus esfuerzos y el apoyo de ciertos sectores dentro del correísmo, la dirección del movimiento. Liderada por Correa y González, eligió a Luisa González como su candidata presidencial, con Diego Borja como su compañero de fórmula. Esta decisión, que dejó fuera a Verduga, provocó una gran decepción en él y sus aliados, quienes lo consideraron traicionado.
El papel de la ‘liga azul’ y la decepción interna
El movimiento correísta, conocido por su estructura interna sólida, ha sido escenario de diversas disputas por el poder. Verduga, a pesar de su compromiso y lealtad con la Revolución Ciudadana, no logró integrar su círculo más cercano. Ni conseguir el apoyo total de los líderes más influyentes. Los chats del exconsejero revelan su frustración al ser excluido de las decisiones más importantes del movimiento, como la conformación del binomio presidencial. Además, en varias ocasiones expresó su sentimiento de ser manipulado, y en algunos casos, incluso ignorado por los principales actores políticos de la Revolución.
Los mensajes de Verduga y sus aliados muestran cómo la ‘liga azul’ dentro del CPCCS, un grupo de consejeros correístas. Fue señalada por la Fiscalía como parte de un supuesto plan para controlar el Estado a través del Consejo. Se les acusa de maniobras irregulares que incluían la dilatación de procesos judiciales y la búsqueda de impunidad a través de la influencia política y el tráfico de influencias. Sin embargo, los chats también revelan que, a pesar de estar al tanto de estas prácticas, Verduga no fue parte activa en las decisiones clave del grupo. Lo que aumentó su desilusión con la Revolución Ciudadana.
La decepción personal
Para Verduga
Las tensiones internas también se reflejan en las conversaciones entre Verduga y otros miembros de la ‘liga azul’. El exconsejero se mostró sorprendido por cómo, a pesar de sus esfuerzos y el apoyo de varios aliados dentro del movimiento, la candidatura de Luisa González fue sellada sin considerar su presencia. En su lugar, algunos de sus compañeros cercanos afirmaron que “Augustito” (como se referían a él) debería haber sido considerado un candidato más fuerte, y expresaron su frustración con las decisiones tomadas por Correa y su equipo.
El caso Ligados y la acusación de asociación ilícita tras chats de Verduga
La situación de Verduga comenzó cuando la Fiscalía General de Ecuador comenzó a investigar el caso Ligados , en el cual se acusa a varios consejeros de la Revolución Ciudadana, incluidos algunos miembros de la ‘liga azul’, de asociación ilícita para controlar instituciones del Estado. A través de diversas maniobras y acuerdos dentro del CPCCS, los implicados buscaban dilatar decisiones de la justicia electoral, lo que garantizaba impunidad para los actores políticos de la Revolución Ciudadana.
Verduga, según los informes de la Fiscalía, fue parte de este entramado, lo que incrementó su situación de vulnerabilidad política. Aunque en un primer momento se mantuvo firme en su apoyo a las prácticas del movimiento, las acusaciones de asociación ilícita. El temor a perder sus derechos políticos por varios años lo obligaron a huir del país y alejarse del ojo público.
La ruptura con la Revolución Ciudadana tras los chats de Verduga
El caso de Augusto Verduga es un claro ejemplo de las tensiones internas dentro de la Revolución Ciudadana y cómo. A pesar del apoyo popular, las aspiraciones personales pueden verse truncadas por la falta de alineación con las decisiones del liderazgo. La decepción de Verduga refleja el distanciamiento que se vive dentro del correísmo. Un movimiento que parece haber dejado de ser un espacio de consenso para convertirse en una estructura donde las decisiones están cada vez más centralizadas en un pequeño grupo de líderes.
A medida que las elecciones de 2025 se acercan, queda claro que las fracturas internas en la Revolución Ciudadana seguirán siendo un tema de debate. Figuras como Verduga, que alguna vez fueron cercanas al núcleo del poder, se han visto marginadas de los procesos.
Fuente: Primicias.ec
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