Una decisión con implicaciones globales
El Parlamento de Irán solicitó el domingo 22 de junio el cierre del estrecho de Ormuz. Esta medida surge tras los recientes ataques de Estados Unidos contra instalaciones en territorio iraní. Aunque la decisión requiere aprobación del Consejo Nacional de Seguridad, su ejecución afectaría severamente la estabilidad energética y geopolítica del mundo.

El valor estratégico del estrecho de Ormuz
Este paso marítimo, situado entre Irán y Omán, conecta el Golfo Pérsico con el Golfo de Omán. Por el estrecho de Ormuz transita diariamente cerca del 20% del crudo y gas global. Unos 13 buques cisterna transportan más de 15 millones de barriles de petróleo al día por sus estrechos 54 kilómetros en el punto más angosto.
Consecuencias económicas inmediatas
El estrecho de Ormuz es vital para los principales exportadores de petróleo de la OPEP: Arabia Saudita, Irak, Kuwait, Emiratos Árabes Unidos y Catar. Si Irán bloquea este canal, estas naciones perderían su principal vía de salida. La mayoría del petróleo que pasa por el estrecho de Ormuz tiene como destino Asia: China, India, Japón y Corea del Sur.
Este cierre provocaría un aumento súbito del precio del barril. Analistas estiman que podría superar los 100 dólares o incluso alcanzar máximos históricos. Esta alteración impactaría fuertemente la inflación y el crecimiento económico global.
Un conflicto prolongado
Las tensiones en el estrecho de Ormuz no son nuevas. Desde 2018, tras el retiro de EE.UU. del acuerdo nuclear, Irán ha amenazado con cerrarlo como respuesta a las sanciones. En 2019, con mayores restricciones a sus exportaciones, Teherán volvió a advertir un eventual bloqueo.
En respuesta, Irán construyó una terminal petrolera en el mar de Omán. Desde 2021, el oleoducto Goreh-Jask transporta crudo sin pasar por el estrecho de Ormuz. Aun así, esta alternativa no puede suplir el volumen total que atraviesa el estrecho.
Un punto siempre en tensión
En abril de 2024, el ataque al consulado iraní en Damasco avivó el riesgo de cierre. El episodio más reciente comenzó este junio, tras los bombardeos israelíes contra infraestructuras nucleares iraníes. Cualquier represalia que implique el cierre del estrecho de Ormuz tendría consecuencias devastadoras.
El mundo observa con preocupación cómo esta vía estratégica se convierte, una vez más, en epicentro de posibles crisis globales.
Fuente: PRIMICIAS
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