Durante las últimas semanas, Ecuador ha intensificado su vigilancia contra narcotráfico y detención de personas vinculadas a los Comandos de la Frontera, un grupo que se originó de las disidencias de las FARC y grupos paramilitares en Colombia. Este grupo opera principalmente en la región sur de Colombia, específicamente en el departamento de Putumayo, y busca controlar el narcotráfico en la zona. La proximidad de esta región a la frontera con Ecuador ha facilitado el establecimiento de conexiones para el tránsito de drogas hacia el país vecino.
Recientemente, se han realizado capturas significativas de individuos asociados con los Comandos de la Frontera. Entre ellos, Juan Carlos Ch., alias “Chabalo,” fue detenido en Manabí en una operación militar. Chabalo, quien poseía una lujosa propiedad y había sido accionista de empresas de transporte, se considera un operador clave del grupo, encargado del transporte de cocaína desde Sucumbíos hacia diversos puertos. Por otro lado, Alfredo O., alias “Búfalo,” fue arrestado en un megaoperativo que llevó a la detención de 21 personas en varias provincias. Se cree que Búfalo actuaba como testaferro para el grupo colombiano.
Estos arrestos han puesto en la mira a otros miembros del grupo. Geovanny Andrés Rojas, alias “Araña,” quien es el cabecilla de los Comandos de la Frontera en la región limítrofe con Colombia, se encuentra en la lista de objetivos prioritarios de las autoridades ecuatorianas en su vigilancia contra narcotráfico. Junto a él, Ismael Mario Zambada García, alias “El Mayo,” recientemente capturado en Estados Unidos, también está en la mira del Gobierno ecuatoriano.
Los Comandos de la Frontera, anteriormente conocidos como La Mafia en Colombia, surgieron de una alianza entre disidentes de las FARC y el grupo paramilitar La Constru, posdesmovilización de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC). En 2020, el grupo cambió su nombre para mejorar su imagen y distanciarse de los asesinatos y amenazas a líderes sociales, pero continúa siendo una amenaza significativa. Su actividad se centra en la intimidación de comunidades y la competencia con el Frente Carolina Ramírez, otro grupo disidente de las FARC, por el control de cultivos y rutas de tráfico de drogas.
El grupo tiene su mayor presencia en los municipios de bajo Putumayo, como Orito, San Miguel, Valle del Guamuez y Puerto Guzmán, así como en la frontera con Ecuador. En Sucumbíos, las autoridades han descubierto campamentos y propaganda del grupo. Además, a finales de marzo, se reportó que los Comandos de la Frontera podrían estar involucrados en una emboscada contra militares ecuatorianos en la frontera, resultando en heridas para tres soldados. El ataque ocurrió el 22 de marzo cerca del río San Miguel, en la frontera norte amazónica de Sucumbíos y Putumayo.
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