Es probable que cuando los niños nacidos hoy vayan a la guardería, la inteligencia artificial (IA) ya haya superado a los seres humanos en todas las tareas cognitivas, desde la ciencia hasta la creatividad. En 1999, predije que tendríamos una inteligencia artificial general (IAG) en 2029; en aquel momento, la mayoría de los expertos pensó que estaba escribiendo ficción. Sin embargo, tras los espectaculares avances de los últimos años, muchos expertos creen ahora que tendremos IAG incluso antes de esa fecha. Así que, técnicamente, he pasado de ser optimista a pesimista sin cambiar mi predicción.
Después de 61 años trabajando en este campo, me complace ver que la IA está en el centro de la conversación mundial. Sin embargo, la mayoría de los comentarios no consideran cómo los grandes modelos de lenguaje como ChatGPT y Gemini encajan en una historia más amplia: la IA está a punto de transformar no solo el mundo digital, sino también el mundo físico. Este cambio traerá beneficios en múltiples áreas, especialmente en energía, manufactura y medicina.
Las fuentes de energía son esenciales para la civilización. Durante dos siglos, hemos dependido de combustibles fósiles sucios y no renovables. Sin embargo, aprovechar solo el 0.01% de la luz solar que recibe la Tierra podría cubrir todo el consumo energético humano. Desde 1975, el costo de las células solares ha disminuido un 99.7% por vatio de capacidad, aumentando la capacidad mundial por 2 millones. Pero, ¿por qué no se ha impuesto la energía solar? Los materiales fotovoltaicos siguen siendo costosos e ineficientes, y la tecnología de baterías no es rentable para almacenar la energía necesaria. Aquí, la IA puede cribar rápidamente miles de millones de químicas de forma simulada, acelerando innovaciones en paneles fotovoltaicos y baterías.
La abundancia energética permitirá una revolución en la manufactura. Los costos de los bienes provienen principalmente de la energía, la mano de obra y las materias primas. La IA está reduciendo estos costos significativamente. Los avances en robótica disminuirán los costos de mano de obra, mientras que la IA descubrirá formas de reemplazar materiales costosos por otros más comunes, haciendo que los bienes sean más baratos y abundantes.
En medicina, la IA está convirtiendo esta disciplina en una ciencia exacta. La biosimulación molecular puede evaluar rápidamente miles de millones de opciones para encontrar los medicamentos más prometedores. El primer fármaco diseñado completamente por IA ya está en ensayos clínicos de fase 2. Las simulaciones mejoradas por IA permitirán descubrir nuevos tratamientos y personalizar los medicamentos para cada paciente.
En última instancia, la IA puede extender nuestra esperanza de vida y mejorar nuestra calidad de vida. A medida que avancemos hacia la “velocidad de escape de la longevidad”, la IA nos permitirá vivir vidas más largas y saludables, libres de las limitaciones de la escasez y la fragilidad que han afectado a la humanidad desde sus inicios.
Ray Kurzweil es científico informático, inventor y autor de varios libros. Su nuevo libro, “The Singularity is Nearer: When We Merge with AI”, se publicará el 25 de junio.
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