Siempre existe un desfase entre el momento en que aumentan las tasas de interés y cuando la economía experimenta sus efectos completos. Este desfase, conocido como desfase monetario actual, suele oscilar entre 9 y 15 meses.
En el contexto actual, los incrementos acumulativos de las tasas de la Reserva Federal están comenzando a afectar al empleo, un sector que suele ser uno de los últimos en sentir los efectos. ¿Por qué ocurre esto? Principalmente porque las empresas tienden a ser cautelosas a la hora de reducir personal o contratar nuevos empleados. Este comportamiento es una clara manifestación del desfase monetario actual.
Esto es lo que estamos viendo en estos momentos: si bien la política monetaria restrictiva de la Reserva Federal ha logrado contener la inflación, también está provocando que las empresas reduzcan contrataciones o incluso opten por despidos. Esta situación es una consecuencia directa del desfase monetario actual.
La gran incógnita radica en si la Reserva Federal debería revertir su curso de aumentos de tasas antes de que la economía entre en recesión. Sin embargo, la respuesta a esta pregunta no será clara hasta dentro de varios meses, dado que la economía estadounidense muestra signos de estabilidad por el momento, lo cual sigue siendo influenciado por el desfase monetario actual.
Incluso si la Reserva Federal comenzara a reducir las tasas el próximo mes —recordando el desfase monetario mencionado anteriormente—, dicha medida no tendría un impacto inmediato. Generalmente, se necesitan dos o tres recortes antes de que estos comiencen a tener efecto, lo que posiblemente no se sentiría hasta la primavera del próximo año, demostrando nuevamente el desfase monetario actual.
El mayor riesgo en esta situación es que la caída del mercado financiero provoque pánico entre los inversores, lo que a su vez podría conllevar a una reducción en el gasto, un aumento de las preocupaciones económicas y, en última instancia, más pérdidas de empleo. Esta espiral descendente podría intensificarse y empeorar aún más la situación económica. Si la tendencia bajista del mercado persiste, el efecto negativo en el sentimiento de riqueza de los consumidores podría ser significativo, subrayando los efectos del desfase monetario actual.
No obstante, existe un aspecto positivo: a diferencia de la situación en 2022, cuando las tasas de interés estaban prácticamente en cero y se cuestionaba la capacidad limitada de la Fed para estimular la economía, actualmente existe un margen considerable de alrededor de 500 puntos básicos en tasas de interés que podrían ser recortados. Esto brinda a la Reserva Federal la flexibilidad necesaria para posicionar la economía en una senda más favorable, aunque es probable que esto ocurra después de atravesar un periodo de desafíos económicos adicionales. El desfase monetario actual seguirá jugando un papel crucial en cómo estos cambios impacten la economía en el futuro.
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