Con el 60% de los electores aún indecisos, según la última encuesta de Cedatos, el primer debate presidencial de cara a las elecciones en Ecuador no despejó dudas significativas sobre quién liderará el país. Los 16 candidatos, lejos de presentar propuestas concretas y viables, ofrecieron un espectáculo que dejó más interrogantes que respuestas.
Un formato rígido que limita el debate
El debate estuvo marcado por un formato rígido impuesto por el Consejo Electoral, lo que generó críticas entre analistas. “Lo que vimos hoy no fue un debate”, aseguró Pedro Donoso, experto en política. El formato, que obligaba a los candidatos a hacer preguntas entre sí, careció de espacio para un verdadero careo, crucial para poner a prueba los conocimientos y las propuestas de cada aspirante. Esto permitió a los candidatos limitarse a respuestas preelaboradas, sin abordar de manera directa los temas más urgentes para los ecuatorianos.
Momentos de tensión y silencio ante las críticas en Ecuador
Aunque el debate transcurrió mayormente sin sobresaltos, un momento de tensión surgió cuando Francesco Tabacci confrontó al presidente Daniel Noboa sobre la desaparición de cuatro niños en circunstancias trágicas. Tabacci pidió al presidente que se pronunciara y pidiera disculpas al país, pero Noboa esquivó el cuestionamiento alegando que no había una pregunta clara. Este intercambio destacó por ser uno de los pocos momentos en los que se desafió al actual mandatario, quien, a pesar de ser el favorito en las encuestas, enfrentó poco escrutinio directo.
Los ausentes y las estrategias enfocadas en las bases
El debate se dividió en dos bloques, evitando que los líderes en las encuestas compartieran el mismo panel. Luisa González, representante del correísmo, participó en el segundo bloque, pero, según analistas, su discurso estuvo dirigido únicamente a su base de seguidores, sin intentar captar a los votantes indecisos. “Hablarle solo a quienes ya te creen no es suficiente”, opinó Caroline Ávila, destacando que el verdadero reto de González era inspirar confianza en los indecisos.
Propuestas inconsistentes y la falta de datos
Los candidatos abordaron temas clave como seguridad, empleo y eficiencia del Estado, pero las propuestas carecieron de detalles concretos. Sobre la inseguridad, un tema que preocupa profundamente a los ecuatorianos, se plantearon ideas como la creación de un “escuadrón de pacificación” inspirado en modelos internacionales cuestionados por organismos de derechos humanos.
Por otro lado, propuestas como el plan “Cuna de valores” de Felipe Tillería, que busca evitar el reclutamiento de menores por bandas criminales, no incluyeron detalles sobre su implementación. Juan Iván Cueva, en cambio, llamó la atención con su propuesta de seguridad de por vida para quienes sufran el robo de un celular, mientras que Jorge Escala centró su discurso en la educación y la protección infantil, destacándose como uno de los pocos que abordó soluciones integrales.
Promesas grandilocuentes y desconectadas de la realidad
Entre las promesas más llamativas figuraron propuestas como convertir a Ecuador en un hub financiero con 400 bancos internacionales o atraer a gigantes tecnológicos como Amazon y eBay para establecer operaciones en el país. Sin embargo, estas ideas, aunque ambiciosas, parecieron desconectadas de la realidad económica y estructural del país.
Una sensación de vacío y descontento
El debate, que generó grandes expectativas, terminó dejando una sensación de vacío y frustración entre los votantes. La falta de propuestas sólidas y el enfoque en ataques personales en lugar de soluciones reales acentuaron la percepción de que el país está lejos de encontrar un liderazgo claro.
El papel de las redes sociales: críticas y humor
Mientras el debate no logró aclarar el panorama electoral, las redes sociales se convirtieron en un espacio para el análisis crítico y, en muchos casos, humorístico. Los internautas señalaron la falta de ideas concretas y se burlaron del desfile de estilos y estrategias poco efectivas de los candidatos.
Un país en busca de liderazgo
A pocas semanas de las elecciones, Ecuador enfrenta una encrucijada. La incertidumbre y la indecisión entre los votantes reflejan la ausencia de un liderazgo que inspire confianza y proponga soluciones viables a los problemas que aquejan al país. El próximo debate será una nueva oportunidad para que los candidatos den un giro a sus estrategias, aunque la falta de confrontación real y propuestas concretas podría volver a dejar a los ecuatorianos con más dudas que respuestas.
Te puede interesar: