En mayo de 2024, Ecuador comenzó la aplicación de un nuevo sistema de reducción progresiva de subsidios a los combustibles, específicamente en la gasolina extra y ecopaís. Esta medida fue impulsada por la necesidad de ajustar las finanzas públicas, optimizar el gasto estatal y alinearse con recomendaciones de organismos multilaterales. En ese momento, el precio del galón se ubicaba en $2,465, tras haber permanecido congelado durante varios años gracias a los subsidios otorgados por el Estado ecuatoriano.

Reducción del subsidio: efectos controlados pero sensibles
La implementación del nuevo esquema generó en su momento incertidumbre y debate entre ciudadanos, transportistas y sectores económicos. Se temía un aumento escalonado de los precios que afectara el costo de vida y provocara protestas sociales. Sin embargo, gracias a la estabilidad de los mercados internacionales del petróleo, la reducción del subsidio no provocó un alza significativa. Por el contrario, en el último mes, los precios han vuelto a ubicarse en el mismo nivel de hace un año, es decir, nuevamente alrededor de $2,465 por galón.
Factores internacionales: petróleo barato y tensiones geopolíticas
A escala global, el mercado del crudo ha experimentado una caída de precios por diversos motivos:
- Aumento de la producción petrolera en países exportadores clave.
- Tensión en la guerra comercial entre potencias, lo cual ha provocado un reacomodo en los precios y flujos de exportación.
- Disminución de la demanda energética en algunos países por estrategias de transición ecológica y eficiencia.
Estas condiciones han influido directamente en los derivados del petróleo, como las gasolinas, beneficiando indirectamente al consumidor ecuatoriano que, pese al retiro parcial del subsidio, no ha sufrido alzas agresivas.
La estabilización de precios: ¿es sostenible?
La coincidencia entre el retiro de subsidios y la estabilidad de precios puede interpretarse como una ventana de oportunidad para el Gobierno Nacional. Le ha permitido ejecutar su política de ajuste sin el costo político de un incremento notable en el precio del combustible. No obstante, la sostenibilidad de este escenario dependerá de varios factores:
- La evolución de los precios internacionales del crudo.
- La eficiencia del nuevo sistema de compensaciones sociales que el Gobierno ha prometido implementar para proteger a los más vulnerables.
- El grado de aceptación social de la política energética en un país con antecedentes de movilizaciones por el alza del combustible.
Desafíos futuros y posibles escenarios
Aunque el precio de la gasolina extra y ecopaís hoy no difiere del de hace un año, el escenario puede cambiar con rapidez. El Gobierno deberá prepararse para reaccionar con medidas de mitigación social si el petróleo vuelve a subir y, con ello, también el costo del galón. Además, los sectores de transporte, agricultura y comercio siguen atentos al comportamiento del mercado, dado que sus operaciones dependen en gran medida del precio del combustible.
Fuente: El Universo
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